El Banco de México (BdeM) prevé que este año la economía nacional seguirá enfrentando un entorno de incertidumbre, asociado principalmente a la evolución de la pandemia de Covid-19, tanto a escala nacional como mundial.
Los factores determinantes serán la duración de las nuevas restricciones, la evolución del consumo de bienes y servicios y la aplicación de las vacunas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró el martes, de 3.5 a 4.3 por ciento, su previsión de crecimiento económico para México en 2021.
El BdeM, encabezado por Alejandro Díaz de León, recomendó ayer que la política económica, que incluye los ámbitos monetario y fiscal, requiere fomentar las condiciones que permitan atraer una mayor inversión y reducir la incertidumbre económica interna.
Destacó, además, que se debe trabajar en corregir los problemas institucionales y estructurales que han propiciado bajos niveles de inversión y productividad.
El funcionario subrayó que se debe continuar con el esfuerzo de fortalecer el estado de derecho, abatir la corrupción y combatir la inseguridad.
Advirtió que la política eco-nómica enfrenta a corto plazo el reto de emprender acciones que contribuyan a alcanzar una recuperación generalizada y sostenida de la economía y del mercado laboral, pero sin poner en riesgo la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos y salvaguardando el ámbito institucional.
“A mediano plazo se enfrenta el reto de que la pandemia pudiera tener efectos persistentes en algunos sectores y regiones”, destacó.
En el documento Política monetaria 2021, dado a conocer ayer, el banco central anticipa que la economía se recupere de forma gradual, pero advirtió que existen retos importantes para la reactivación.
Es necesario, añadió, permitirlos ajustes requeridos en la economía para impulsar la reactivación de la actividad productiva y del empleo, mediante la flexibilidad en la asignación de recursos y procurando un funcionamiento microeconómico eficiente.
Todo ello redundará en mayor crecimiento económico, lo que permitirá generar mejores oportunidades de desarrollo y un mayor bienestar para toda la población, no sólo en la etapa de recuperación sino, especialmente, a largo plazo.
La junta de gobierno dará seguimiento a todos los factores de incertidumbre que inciden en la inflación y sus perspectivas, y llevará a cabo las acciones que se requieran de tal manera que la tasa de referencia (que actualmente es de 4.25 por ciento) sea congruente con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta del BdeM (3 por ciento más/menos un punto porcentual) en el plazo en el que opera la política monetaria.
En resumen, el BdeM prevé que en 2021 la economía mexicana se desenvolverá en un contexto de incertidumbre global; condicionada a la evolución de la pandemia, la inflación se encontrará sujeta a choques considerables y el dinamismo económico de México podrá lograrse bajo condiciones que permitan mayor inversión.