México enfrenta el reto de cumplir sus compromisos internacionales para prohibir la importación y exportación de desechos plásticos tóxicos para su incineración en hornos cementeros, tema sobre el cual no existe información oficial clara entre las dependencias ambientales, señalaron integrantes de la Alianza Global para Alternativas a la Incineración (GAIA, por sus siglas en inglés).
El gobierno federal debe cumplir “ambiciosamente” con la instrumentación de la Enmienda de Plásticos del Convenio de Basilea –que entró en vigor el primero de enero de este año–- para prohibir las importaciones de esos materiales, ya que el comercio global de plásticos incide en la contaminación porque “la mayor parte de estos residuos vienen contaminados y al final no es posible su reciclaje”, terminan incinerados y llegan a rellenos sanitarios o a la naturaleza, explicó Ornela Garelli, especialista en cambio climático de Greenpeace México.
En la presentación del reporte Cuando la basura plástica nos alcanzó, José Manuel Arias Rodríguez, de la Asociación Ecológica Santo Tomás, precisó que con base en 66 solicitudes de información pública a diferentes entidades gubernamentales se identificaron “notables inconsistencias” en la información oficial sobre las importaciones de desechos plásticos peligrosos.
Mientras la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reportó un total de importaciones –más de 90 por ciento provenientes de Estados Unidos– por 8 millones 312 mil 812 toneladas de esos residuos entre 2013 y agosto de 2020, para ese mismo periodo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) registró 5 millones 562 mil 364 kilos.
Exportaciones de EU a México crecieron 29%
Arias Rodríguez destacó que “la pandemia no fue problema para que los residuos peligrosos siguieran fluyendo de Estados Unidos a nuestro país”. Sólo de enero a agosto de 2020, las exportaciones de desechos plásticos a México aumentaron 29 por ciento.
Las cifras, refirió, se contrastaron con reportes extranjeros –elaborados con base en información del Departamento de Comercio de Estados Unidos– los cuales muestran que las exportaciones del país vecino son 10 veces mayores a los registros de la Profepa para importaciones plásticas durante 2020, y las Semarnat no registran importaciones de ese material. “Este dato es alarmante, ya que muestra un subregistro y mala contabilidad de estos residuos” por las autoridades.
De acuerdo con las organizaciones integrantes de la GAIA, el T-MEC contradice la Enmienda de Plásticos del Convenio de Basilea, debido al registro de una serie de materiales y residuos que en el tratado quedaron libres de aranceles.
“Nos preocupa, porque esto significa que va a estar aumentando la incineración en México de residuos plásticos que vienen de países desarrollados hacia naciones más pobres o en vías de desarrollo, sobre todo ahora que esta enmienda entró en vigor a partir del primero de enero de 2021, justo cuando se dan una serie de modificaciones a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos, a fin de que éstos puedan importarse y quemarse en hornos cementeros”, comentó Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes.