Ciudad de México. El Covid-19 es un reflejo de la forma en que vivimos, en donde no hay respeto a los procesos del ecosistema, y de ahí deriva la zoonosis, sostuvo Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Añadió que en ese contexto la transición agroecológica y alimentaria es un desafío pues al mismo tiempo se debe conciliar la preservación de los recursos naturales con la producción de alimentos.
En la conferencia 20 del Ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, con el tema Experiencias agroecológicas internacionales, refirió que la agroecología y prácticas agrícolas sustentables son el camino a seguir en México y el mundo si se busca sostener los ciclos de la vida y enfrentar los efectos de degradación del suelo, su contaminación y la del agua y de las pandemias.
“Un gran reto que tenemos como país, y en general como humanidad, es preservar nuestros recursos naturales y el medio ambiente, restablecer los ciclos del planeta y de forma paralela producir alimentos sanos, nutritivos, de calidad, asequibles y suficientes para todos. No es un reto fácil, pero es imperativo”.
Recordó que como humanidad atravesamos una situación que pone a prueba y debe llevar a tomar conciencia.
En un análisis de las expriencias en Australia, India y Brasil se realizaron conferencias magistrales de tres expertos agroecológicos internacionales.
El científico del clima y experto en microbiología de los suelos Walter Jehne, de Australia, afirmó que a medida que la población mundial se acerque a los 10 mil millones para 2050 y aumente la amenaza de inestabilidad social derivada de las crisis alimentarias, se debe revisar con urgencia cómo cumplir con los elementos esenciales de seguridad alimentaria global y el suministro físico suficiente.
El especialista dijo que se trata de elementos, que incluyen la asequibilidad y acceso, la integridad nutricional y de salud, la sostenibilidad de la producción, la viabilidad económica de los agricultores y la autonomía y seguridad estratégicas.
Hoy 70 por ciento de los alimentos disponibles provienen de zonas urbanas y rurales sostenidas particularmente en esquemas agroecológicos que se desarollan al margen de la “industria agrícola”, cuya continuidad productiva depende de la capacidad de mantener la salud de los suelos, para que aporten los nutrientes esenciales para las plantas y generar cosechas nutritivas y saludables.
La historia de las civilizaciones deja en claro que “las naciones que destruyen sus suelos se destruyen a sí mismas”, advirtió.
“La evidencia científica es clara, nuestra agricultura industrial oxidativa actual ha degradado el contenido de carbono, la estructura, la salud y la productividad sostenida de los suelos, al grado que las tierras de cultivo residuales ahora retienen la mitad del carbono que tenían hace cien años.
“En los últimos ocho mil años, nuestra agricultura oxidativa ha convertido más de cinco mil millones de hectáreas, el 40 por ciento de la superficie terrestre, en desiertos y páramos creados por el hombre”.
Ante este escenario la opción es ir “más allá de la revolución verde” para diseñar e implementar agroecologías que regeneren estos valores del suelo y nuestra seguridad alimentaria y bienestar futuro.
Esto puede hacerse, agregó, utilizando los procesos microbianos probados que la naturaleza utilizó para crear el suelo por primera vez hace 420 millones de años.
El asesor especial del Departamento de Agricultura del estado indio Andrha Pradesh, Vjar Kumar, expuso los avances en ese estado –al sur de la India—, con la práctica de sistemas naturales para un mayor cuidado de la biodiversidad, como una opción para aumentar la producción de granos, mejorar los ingresos de los agricultores y fortalecer la seguridad alimentaria.
Resaltó el interés en México de cambiar la actitud de los agricultores en la producción de alimentos, con una práctica natural como la aplicada en Andrha Pradesh y que ha incrementado los rendimientos en nueve cultivos, donde sobresalen maíz, chiles, pimienta negra, café y arroz, este último, señaló, aumentó 65 por ciento.
Refirió que tener cultivos diversos, los 365 días, con una agricultura natural y con la sustitución de químicos, es el objetivo. Se trabaja dijo, en aumentar los recursos orgánicos en los suelos y el manejo de bioestimulantes, con semilla microbiana, lo que contribuye a la conservación de granos tradicionales.
El especialista de Brasil, reconocido como pionero de la agroecología, Sebastián Pinheiro, expuso sobre la ciencia agroecológica y la autonomía alimentaria, condicionada a la eliminación de productos químicos en las prácticas agrícolas y una tierra libre a favor de todos los productores del país y del mundo.
Destacó que la estrategia agroecológica por la soberanía alimentaria fue aplicar, mediante la pedagogía de Paulo Freire, la construcción de conciencia, aprendiendo lo que se enseña y retomando el valor de la sabiduría campesina en Brasil.
En Brasil el papel de la mujer es estratégico para alcanzar la seguridad alimentaria, pues ellas no permiten el uso de químicos en su huerto y farmacia familiar; ello representa más que soberanía, autonomía campesina desde la milpa.