Pompeya. Décadas después de haber sufrido daños en bombardeos y un terremoto, el museo de Pompeya renace para exponer los exquisitos hallazgos de excavaciones en la antigua ciudad romana.
Funcionarios del parque arqueológico en las ruinas de la ciudad destruida por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 dC inauguraron ayer el museo.
Conocido como el Anticuario, el museo da a Pompeya un espacio de exposición permanente. Los visitantes pueden ver partes de muros con frescos de las extensas villas desenterradas, ejemplos de algunos de los grafitis descubiertos por arqueólogos, así como artículos domésticos que van desde cucharas de plata hasta un calentador de comida de bronce, objetos de la vida cotidiana que fueron borrados por la explosión volcánica.
Inaugurado alrededor de 1873, el Anticuario fue dañado por bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y nuevamente en 1980, cuando un terremoto fatal sacudió el área de Nápoles. Desde entonces estuvo cerrado, aunque reabrió en 2016 para exposiciones temporales.
Las muestras del Anticuario también documentan la historia de Pompeya como un asentamiento varios siglos antes de que se convirtiera en una próspera ciudad romana.
Debido a las restricciones de viaje en Italia por la pandemia de Covid-19, de momento sólo pueden visitar el museo personas en la región de Campania, que incluye el área de Nápoles y las ruinas de Pompeya.
Pompeya es unas de las principales atracciones turísticas de Italia, y cuando el turismo masivo eventualmente se reanude, los boletos de entrada a las ruinas también incluirán una visita al Anticuario.
La reapertura del museo después de tantas décadas de esfuerzo es “una señal de gran esperanza durante un momento muy difícil”, opinó el director de Pompeya Massimo Osanna. Se refería al duro golpe que dieron las restricciones de viaje por el coronavirus dieron al turismo, una de las principales fuentes de ingreso de Italia.
En la última sala del museo se exponen conmovedoras piezas fundidas de algunos residentes de Pompeya que trataron de escapar pero que fueron alcanzados por ráfagas de gases volcánicos o por la lluvia de lava que escupía el Vesubio.
“Encuentro conmovedora la última sala, esa dedicada a la erupción, donde se exponen objetos deformados por el calor, las piezas fundidas de las víctimas, las piezas de los animales”, compartió Osanna. “Realmente se puede tocar el increíble drama que fue la erupción del 79 dC”.
Grandes sectores de Pompeya aún están por excavarse. Con el turismo prácticamente inexistente durante la pandemia, los arqueólogos han seguido trabajando.
Hace apenas unos meses Osanna presentó el descubrimiento de un antiguo restaurante callejero en Pompeya. Completamente excavado, el hallazgo ayudó a revelar platillos populares entre los ciudadanos, que al parecer eran proclives a comer afuera, incluyendo lo que estaba en el menú el día de la destrucción de Pompeya.