Nueva York., Un ex ingeniero de software de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) acusado de filtrar secretos gubernamentales a Wikileaks denunció las condiciones de encarcelamiento en que se encuentra, calificándolas de castigo cruel, encerrado en una celda infestada en una unidad penitenciaria donde los reclusos son tratados como “animales enjaulados”.
Joshua Schulte, de 32 años, pidió a un juez federal de Manhattan obligar a la Agencia Federal de Prisiones a mejorar las condiciones del Centro Correccional Metropolitano donde lleva más de dos años detenido bajo condiciones altamente restrictivas reservadas para acusados de terrorismo.
En documentos difundidos el martes, Schulte afirma que está detenido en condiciones “inferiores a las de los pobres en países del tercer mundo.
“Es bárbaro e inhumano encerrar a seres humanos en cajas durante años y años, es un castigo peor que la muerte”, se afirma en los documentos.
Un mensaje en busca de comentario fue enviado a la Agencia de Prisiones y el Departamento de Justicia.
El año pasado, un jurado no pudo ponerse de acuerdo para procesar a Schulte por robo de datos de la CIA para entregarlos a Wikileaks, pero fue condenado por cargos menores de desacato al tribunal y hacer declaraciones falsas.
El especialista tiene otro juicio pendiente por cargos de espionaje, el cual está programado para junio, por lo que se considera la filtración de datos secretos más grande en la historia de la CIA. Después de eso, enfrentará otro proceso por pornografía infantil.
Schulte se ha declarado inocente de todos los cargos.
Cuando tenía unos 20 años, el acusado, originario de Lubbock, Texas, trabajaba de codificador en la sede de la CIA en Langley, Virginia, donde detectives digitales desarrollaron un código informático para espiar a adversarios extranjeros.
La filtración Vault 7, publicada en marzo de 2017 por Wikileaks, reveló cómo la CIA hackeó teléfonos de Apple y Android en operaciones de espionaje en el extranjero, y los intentos de convertir televisiones conectadas a Internet en dispositivos de escucha. Después de una pesquisa que duró un año, los investigadores acusaron a Schulte, quien ya había dejado la agencia después de pelear con colegas y supervisores, y se había mudado a Nueva York para trabajar en una agencia de noticias.