Ciudad de México. La estrategia de la campaña nacional de vacunación contra Covid-19 deberá ajustarse conforme la realidad que se vaya presentando en el país, la cantidad de dosis que lleguen por parte de las empresas farmacéuticas, la participación de las brigadas universitarias de vacunación, y, eventualmente, la intervención de la iniciativa privada, en etapas más avanzadas, estimó Jorge Castañeda Sánchez, investigador del Departamento de Sistemas Biológicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El objetivo. dijo, es acortar lo más posible el periodo de inmunización a toda la población, con una estrategia eficaz y ejecutada.
Consideró adecuada la estrategia inicial de involucrar a las Fuerzas Armadas, sobre todo por el tema de resguardo de las vacunas, pues al ser un bien escaso y de mucho valor, debía protegerse. Sin embargo, dijo que la estrategia debería ir cambiando conforme se avance en la campaña y llegue al país un mayor número de dosis de vacunas.
En entrevista, el especialista en sensibilidad a fármacos, mecanismos de patogenicidad y virulencia, adscrito a la unidad Xochimilco de la UAM, expresó también algunas dudas respecto a la decisión del gobierno federal de vacunar, en primera instancia, a los profesores del estado de Campeche, entidad que lleva varias semanas en semáforo verde, a fin de poder regresar a las actividades presenciales en las escuelas.
“Tengo mis dudas sobre este tema. ¿Acaso no sería mejor dirigir esas vacunas a las ciudades y zonas en específico donde hay un mayor número de casos de contagio del virus, es decir, a los lugares donde más se concentra población y están en semáforo rojo, como las grandes áreas urbanas de las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey?, pues pues es ahí donde están los escenarios más complicados”, dijo.
Y añadió: “No estoy diciendo que los descuidemos, ni al estado de Campeche ni a los maestros, lo que estoy planteando es que si las vacunas no alcanzan porque todavía nos están llegando muy pocas, pues debemos tener una estrategia eficiente para poder distribuirlas de la mejor manera y que éstas pudieran tener un mayor impacto en el manejo de la pandemia”, estimó Castañeda Sánchez, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Además, planteó que después de vacunar al personal del sector salud, como se está llevando a cabo, también se pueda inmunizar a la población económicamente activa. En su argumentación, el investigador señaló que a final de cuentas, las personas de mayor edad están generalmente resguardados en casa, mientras que quienes deben salir a trabajar tienen un elevado riesgo de contagio, y con ello un alto porcentaje de llevar el virus hasta el seno familiar.
Estos planteamientos, añadió, son puntos de vista y observaciones personales, pero desde que la estrategia gubernamental de vacunación haya sido analizado todos estos elementos. “Sé que cada gobierno tiene una estrategia específica, pero creo que deben valorarse todas las posibilidades y todos los escenarios posibles, en medio de la pandemia”, dijo.
Descartó que en México se pueda aplicar, en lo inmediato, una estrategia como la que lleva a cabo Estados Unidos, con vacunación masiva en algunas ciudades. La gran diferencia, explicó, es que al vecino país del norte entregan millones de dosis, mientras que aquí llegan a cuentagotas.
El también miembro de la Sociedad Mexicana de Inmunología y de la Asociación Mexicana de Infectología y Microbiología Clínica, confió en que durante los próximos meses crezca el número de dosis que llegue al país, y en esa medida se empezará a registrar una apertura del gobierno federal, en la que participarán las brigadas universitarias que actualmente se están conformando, en aquellas instituciones que imparten carreras en ciencias de la salud, además de otros organismos involucrados.