El Covid-19 puso de manifiesto la necesidad de revisar algunos seguros de salud que las diócesis y arquidiócesis ofrecen a sus religiosos. Éste es un asunto que cada demarcación religiosa determina.
“Cada diócesis procede según decida. En todas se tiene un seguro sacerdotal, que puede adquirir diversas formas: como una mutual de solidaridad compartida, o con algún seguro de los tradicionales. No hay norma fija. En cambio, todas las diócesis tienen obligación de un seguro de vejez e invalidez”, señaló a La Jornada, el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel.
El también obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, expuso que el tema de la salud, independientemente de la coyuntura actual, debe ser un tema obligatorio para las circunscripciones religiosas.
“Esto lo debe atender toda diócesis y debemos ver de qué forma se cubren las cuotas, pues algunos sacerdotes viven en condiciones muy precarias, no sólo en áreas indígenas, y la diócesis debe ver la forma de asegurarlos. Pero si alguien, como en el caso del cardenal Norberto (Rivera Carrera, quien está hospitalizado por Covid), prefiere otra instancia, privada o de otra índole, es muy libre; en este caso la diócesis le acompaña con asistencia espiritual y moral, y si hace falta, se buscan también recursos económicos, pero no siempre las diócesis tienen dinero para estos gastos”.
En entrevista aparte, el presbítero Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM) –intitución que ha realizado estudios sobre las afectaciones del coronavirus en la Iglesia– indicó que una vez que cada diócesis haga una valoración interna de “su realidad”, debería ser un tema a tratar a escala nacional en el episcopado mexicano.
“La situación es preocupante, y se tendrán que tomar las medidas necesarias a escala nacional”.
“En los últimos 10 días tuvimos casi 20 sacerdotes que murieron por Covid. Tenemos 154 sacerdotes y cinco obispos que fallecieron y nueve diáconos. En 14 de las 19 provincias eclesiásticas ha habido defunciones. Cada diócesis tendrá que tomar las decisiones necesarias para atender a sus clérigos, esto es un problema inédito que pone el dedo en la llaga. Tenemos que tomarlo en consideración lo más pronto posible, porque el número de sacerdotes contagiados ronda los 600 y son casi 200 los fallecidos”.
Arizmendi indicó que, desde antes de la década de los 70, “todos los sacerdotes y obispos de México formamos la mutual Círculo Cultural y Asistencial Sacerdotal. Hoy existe con el nombre de Obra de Clérigos en Ayuda Solidaria. Tiene dos ramas: seguro de salud para todas las atenciones médicas, pero éste no es obligatorio para las diócesis, y algunas han optado por otra solución, sea una mutual interna, sea asociados a una institución privada; son libres. La otra rama es un seguro para vejez e invalidez”.