La operación de agentes estadunidenses en México –particularmente la DEA y ATF– se enfoca a objetivos individuales, y la colaboración se mantendrá con las instituciones mexicanas conforme a los acuerdos bilaterales que son anteriores a la norma que obliga a las agencias y embajadas a informar de sus actividades en el país.
Funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional indicaron que todos los organismos de inteligencia mexicanos mantendrán sus esquemas de colaboración con las agencias extranjeras.
Señalaron que las reformas en materia de seguridad nacional y que regulan la presencia y labor de los agentes extranjeros priorizan que las autoridades nacionales conozcan las labores que realizan a fin de evitar que se cometan actos que violen la legislación mexicana, y que ocurran acciones como la sucedida en los años 80 en el caso del doctor Humberto Álvarez Machain, quien fue trasladado ilegalmente de México a Estados Unidos, en donde se le encarceló por haber participado presuntamente en el secuestro y privación de la vida del agente de la DEA, Enrique Camarena.
Asimismo, se limitarán acciones como la sucedida con el general y ex secretario de la Defensa Nacional Salvador Cienfuegos Zepeda, a quien se le detuvo durante cinco semanas en Estados Unidos por supuestamente haber brindado protección a un grupo delictivo y las pruebas entregadas a México resultaron insuficientes para acreditar su responsabilidad.
De igual manera, agentes extranjeros han llevado a cabo investigaciones y labores de infiltración en grupos como el cártel de Sinaloa y el cártel del Golfo.
Pero legalmente hay acuerdos de cooperación e intercambio de información que se mantienen vigentes y que permiten el trabajo conjunto con agencias estadunidenses, israelíes y de otras naciones, con las cuales existen programas de combate a los grupos transnacionales en el ámbito de tráfico de personas, drogas, precursores químicos y lavado de dinero, pero que tienen identificados objetivos individuales.
Sobre estos casos mencionaron a narcotraficantes como Osiel Cárdenas Guillén, los hijos de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán Loera, quienes fueron aprehendidos por autoridades mexicanas con apoyo de las agencias internacionales.