Los ciberataques se están convirtiendo rápidamente en una tendencia inquietante y creciente; su peligrosidad radica en que cada vez son más los que se dirigen a los sistemas de control industrial con el posible objetivo de hacer daño físico a la red y colapsarla, por otro lado, también sehan detectado amenazas en los sectores energético y eléctrico, es por eso que la Agencia de Seguridad Cibernética e Infraestructura (CISA, por sus siglas en inglés), perteneciente al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) advierte que: “los actos de guerra cibernética, ciberterrorismo y cibercrimen amenazan la integridad del mundo virtual, que alberga muchos de los sistemas financieros, de comunicaciones, de información y de seguridad más esenciales de los países […] pero, sobre todo, que estos ataques transgreden la infraestructura crítica, sistemas que respaldan las múltiples actividades que las personas realizan cada día para efectuar transacciones comerciales, comunicarse con amigos y familiares y mantener la salud, lo cual vulnera la seguridad nacional”.
A pesar de que aún existen diversas guerras librándose en el mundo, donde el principal recurso continúa siendo la batalla cuerpo a cuerpo; en una era donde la tecnología ha sido un elemento característico, el espacio virtual se ha convertido en un nuevo territorio donde la vulnerabilidad cibernética de algunas instituciones es una pieza difícil de rechazar para personas y grupos que buscan provocar inestabilidad.
Desde que los hackers y algunas organizaciones terroristas encontraron en Internet un poderoso aliado para desestabilizar la seguridad nacional de sus enemigos, la fragilidad ha quedado expuesta en múltiples ocasiones; un ejemplo ampliamente mencionado fue el ransomeware de un porcentaje de los sistemas informáticos a una de las empresas más importantes de nuestro país: Petróleos Mexicanos (Pemex); este hackeo afectó el funcionamiento de correos institucionales, el sistema laboral interno, sistemas de facturación, hospitales y Pemex Comercio Internacional.
El ataque provocó que el Complejo Petroquímico de Morelos en Coatzacoalcos, Veracruz, en el cual, donde entre otros químicos se produce etileno y polietileno, no pudiera verificar la calidad, por lo que mucha de la producción se realizó sin la comprobación electrónica requerida.
Este tipo de ataques conocidos como ransomeware son programas maliciosos que bloquean el ordenador y exigen un pago por recuperar los equipos y la información, que en el caso de Pemex pretendían alrededor de 5 millones de dólares en bitcoines.
La guerra digital no es una situación nueva, ésta comenzó desde hace varios años, ya que sólo en 2015 unas 700 mil personas en Ucrania quedaron sin electricidad, lo cual quedó registrado como el primer hackeo a una red eléctrica y en 2017 varias compañías eléctricas en Estados Unidos, incluida la planta nuclear Wolf Creek, en Kansas, sufrieron ataques cibernéticos y la empresa Avast, dedicada a proveer servicios de ciberseguridad, anticipó en 2019 los primeros ciberataques controlados por inteligencia artificial, los cuales estarán basados en aprendizaje automático, una ola de malware de criptominería y mayores amenazas a dispositivos móviles.
Los hackeos y el ciberterrorismo se han convertido en enemigos difíciles de vencer, ya que el anonimato y la rapidez del golpe hacen muy complicada una respuesta certera e inmediata; actualmente toda la información sensible es almacenada en espacios digitales, por lo cual el robo o secuestro de datos pone en riesgo el equilibrio financiero y la seguridad de las instituciones que al final culmina en una percepción de inestabilidad nacional.
Los ciberataques han dañado a muchas naciones, sin embargo, México, de acuerdo con Kaspersky, compañía internacional dedicada a la seguridad informática, es el segundo país con más ataques en América Latina y la 11 a escala global, por lo que hoy más que nunca debemos prestar atención a este nuevo espacio, invertir en seguridad cibernética y en expertos, pero sobre todo contar con capacitación para intervenir adecuada y oportunamente, porque en la era del Internet la información es el bien más preciado.
“Vivimos en un mundo donde todas las guerras comenzarán como ciberguerras... Es la combinación de piratería y campañas de desinformación masivas y bien coordinadas”.