Los mecanismos de cooperación entre México y Estados Unidos se reorganizaron desde septiembre de 2019 e incluyen acuerdos de cooperación, intercambio de información y definición de objetivos de interés mutuo que están por encima de la operación de elementos individuales de agencias, como es el caso de DEA, ATF (Alcohol, Tabaco y Armas) e ICE (Aduanas).
Mediante convenios se articulan acciones en las que participan las fuerzas armadas y los organismos de inteligencia de ambas naciones en temas como seguridad minera, aeropuertos, aduanas marítimas, tráfico de armas, desarme, terrorismo y combate al crimen transnacional, señalaron funcionarios del gabinete de seguridad.
La información obtenida refiere que uno de los grupos que se han formado con base en estos acuerdos bilaterales o multilaterales –ya que en ellos participan también Canadá o naciones sudamericanas– es el denominado de Alto Nivel de Seguridad México-Estados Unidos (Ganseg Mx-EUA), en el cual se analizan “las prioridades y temas de interés establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo y la Estrategia Nacional de Seguridad Pública”, así como los programas de interés para Estados Unidos.
En este proyecto se busca el fortalecimiento de instituciones judiciales mediante grupos específicos para combatir el tráfico de armas, delitos relacionados con ciberseguridad y tecnología, migración y seguridad fronteriza.
De igual manera, se cuenta con grupos específicos para analizar acciones de capacitación y de combate a los delitos multilaterales por parte de las fuerzas armadas
Otro de estos subgrupos se enfoca a dos temas prioritarios para los intereses multinacionales: lavado de dinero y delitos financieros, y política antidrogas.
Como parte de estos convenios, existe una Mesa de Estrategias para Seguimiento a Agentes Antagónicos Externos, en la cual están involucradas particularmente las fuerzas armadas mexicanas, y en esta Estados Unidos ve a México “como socio estratégico en la cooperación de la defensa hemisférica, con el fin de establecer proyectos de interés común, como es el desarrollo de “cooperación en materia de inteligencia estratégica de defensa”, el fortalecimiento de la “cooperación en ciencia y tecnología, ciberseguridad y capacitación de personal”.
En el ámbito del combate al tráfico de armas, las agencias estadunidenses se coordinan con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y desde diciembre de 2019 se puso en marcha el Programa de Blindaje al Tráfico Ilícito de Armas en la Frontera Norte.
En ese contexto, las fuerzas armadas y las agencias de inteligencia de ambas naciones colaboran para detectar “nuevos modus operandi” de estos grupos delictivos.
En cuanto al combate al lavado de dinero y delitos financieros, las dependencias que también toman parte de ese mecanismo son la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) e interactúan con las instancias militares y civiles de Estados Unidos.
Entre las reuniones y trabajos que se han realizado en los dos últimos años, se encuentra una de julio a octubre de 2019, en la que las dependencias mexicanas intercambiaron y discutieron temas de la agenda a impulsar en el Ganseg.
El 27 de agosto de 2019 se puso en marcha la reorganización de la cooperación México Estados Unidos y el proyecto se presentó al embajador Christopher Landau y a representantes de agencias de ese país.
Un mes después, los coordinadores de los subgrupos validaron los temas conforme a la nueva reorganización de los esquemas de cooperación.
En marzo del año pasado se realizó la Reunión Presencial Preparatoria, con los temas de adecuación de objetivos, mecanismo de evaluación, comunicaciones estratégicas, integración del taller de sincronización y coordinaciones generales.