La reincorporación de Estados Unidos al Acuerdo de París es una decisión buena y elemental, sin embargo el principal reto para esa nación será “profundizar en sus responsabilidades y trabajar muy en serio” para mostrar un verdadero compromiso con la lucha global contra el cambio climático, consideró el director ejecutivo de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
La organización ambientalista celebró que el demócrata Joe Biden haya anunciado en el primer día su regreso al Acuerdo, aunque ello “no debe de tomarse como la meta más grande, sino sólo como un mínimo de dónde partir” en la carrera de la lucha climática.
“Si el mundo quiere alcanzar una meta de cero emisiones hacia el año 2050, Estados Unidos tiene la responsabilidad de ir más profundo y mucho más rápido. El presidente Joe Biden debe mostrar su verdadera intención de hacer un verdadero trabajo para entregar justicia climática”, subrayó Ampugnani.
El Acuerdo de París fue aprobado por 194 naciones en diciembre de 2015 y busca mantener el aumento de la temperatura global de este siglo por debajo de los 2°C para evitar más eventos climáticos extremos. El antecesor de este mecanismo fue el Protocolo de Kioto, el cual Estados Unidos nunca ratificó, a pesar de ser –después de China-- el mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo.
Para el director ejecutivo de Green-peace México “un gran inicio” fue la revocación de permisos para el oleoducto Keystone XL, el cual llevaría petróleo crudo altamente tóxico desde Alberta, en Canadá, hasta refinerías estadunidenses en el Golfo de México. Pero “debe ir más allá” para detener otros oleoductos, como el de Dakota Access o la Línea 3, y “asegurar una transición justa hacia una economía basada en la energía renovable”.
Al respecto Fausto Quintana Solórzano, coordinador de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, coincidió en señalar en que uno de los retos de Joe Biden es avanzar de manera progresiva hacia una economía verde, “porque no podemos pedirle a un país que deje una economía basada en recursos fósiles sin tener otras alternativas”.
De acuerdo con ambos especialistas, si bien Estados Unidos venía impulsando un proyecto de transformación ambiental con Barack Obama, la salida del Acuerdo de París durante la administración de su sucesor significó un gran retroceso ambiental.
“Básicamente fueron cuatro años de expansión en los combustibles fósiles, pero sobre todo la decisión implicó el rompimiento de la confianza en la comunidad internacional”, indicó Ampugnani.
Quintana consideró que el anuncio hecho por Biden fortalece su presencia en el campo multilateral. Incluso otro aspecto relevante es el apoyo a los esquemas de cooperación internacional, principalmente el Fondo de Lucha contra el Cambio Climático al que Estados Unidos se había comprometido otorgar 3 mil millones de dólares en la administración de Obama.
Destacó también que al interior de esa nación será importante que se reactive ese financiamiento que se tenía a instituciones como la Agencia de Protección Ambiental, pero también en el sector científico.
Sin embargo, el panorama para los próximos años es desolador: “desafortunadamente la pandemia por Covid-19 va a obligar a los países a recorrer los caminos ya conocidos en cuanto la reactivación en la extracción de recursos fósiles. No vamos a ver en los próximos años un cumplimiento óptimo de los compromisos del Acuerdo de París”.