Mexicali, BC., Internos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mexicali iniciaron una huelga de hambre por el trato inhumano, que dijeron padecer, y la falta de medicamentos por parte del Sistema Penitenciario de Baja California.
Afuera, una docena de familiares, la mayoría mujeres, protestaron también por golpes de custodios a los presos y advirtieron que el director del penal, Óscar Humberto Ruiz Cota, les ha negado audiencia a familiares e internos para denunciar las irregularidades.
La Comisión Estatal del Sistema Penitenciario es una dependencia directa del gobernador Jaime Bonilla y al escindirse de la Secretaría General de Gobierno, la coordina Salvador Orales Riubi, ex diputado local y ex dirigente estatal del PAN.
Un grupo de representantes del Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) realizó el viernes una inspección en el Cereso mexicalense y el sábado acudieron sólo para entrevistarse con el director, pues les impidió el acceso ante las protestas dentro y fuera del penal.
Las visitas se cancelaron desde que se inició la pandemia, por lo que sólo existe comunicación telefónica para aquellos que tienen tarjetas, además las autoridades dejaron de rotar las celdas, y por ende, las llamadas a familiares. También se quedaron sin agua por más de tres semanas en noviembre de 2020, en plena pandemia.
En el Cereso, al menos cinco internos han muerto de Covid-19 ante la falta de atención médica oportuna y al subestimar el estado de salud de las personas priva-das de la libertad.