Los Ángeles. Larry King, el conductor de tirantes que entrevistó a presidentes, estrellas de cine y gente ordinaria durante medio siglo en los medios de comunicación electrónica, falleció ayer a los 87 años.
Ora Media, el estudio y la cadena que cofundó, tuiteó que King murió en el Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles. Su hijo Chance Armstrong también confirmó la muerte de King, informó CNN. No se mencionó la causa, pero un portavoz dijo el 4 de enero pasado que King tenía Covid-19.
King fue una figura perenne de la televisión nocturna en CNN de 1985 a 2010. Ganó dos premios Peabody, pero nunca se dio aires de intelectual. En lugar de política exterior, prefería preguntar a los presidentes lo que les gustaba de sus trabajos. Recibió desde el Dalai Lama hasta Elizabeth Taylor, pasando por Mijaíl Gorbachov, Barack Obama, Bill Gates y Lady Gaga.
Comunicador ideal
En sus primeros años, Larry King Live se hacía en Washington, DC, lo que le dio cierta seriedad al programa, igual que a King. Era el indicado para que los peces gordos pudieran llegar a su público, dándole al programa prestigio como sitio donde se hacían noticias.
King hizo cerca de 50 mil entrevistas al aire. En 1995 presidió una cumbre sobre Oriente Medio con el presidente de la Organización para la Liberación de Palestina Yasser Arafat, el rey Hussein de Jordania y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin.
Solía presentar primicias sobre celebridades, especialmente después de que se reubicó en Los Ángeles, que incluyeron a Paris Hilton hablando sobre su paso por la prisión en 2007 y los familiares y amigos de Michael Jackson sobre la muerte de éste en 2009.
King presumía que nunca se preparaba demasiado para una entrevista. Su estilo de evitar la confrontación relajaba a sus invitados y lo hacía cercano con su audiencia.
“No simulo saberlo todo”, dijo en una entrevista con The Associated Press en 1995. “Nada de ‘qué sucede en Ginebra o con Cuba?’ Le pregunto: ‘señor presidente, ¿qué no le gusta sobre su trabajo?’ o ¿‘Cuál es el error más grande que ha cometido?’ -eso es fascinante”.
En un momento en el que CNN, como el único actor en las noticias por cable, se consideraba políticamente neutral y King era la esencia de su postura intermedia, muchos buscaban su programa.
King era conocido por recibir invitados que eran notoriamente esquivos. Frank Sinatra, quien rara vez concedía entrevistas y a menudo arremetía contra los periodistas, habló con él en 1988 y fue su última aparición televisiva importante. Era un viejo amigo de King. “¿Por qué estás aquí?”, preguntó King. Sinatra respondió: “Como me pediste que viniera y no te había visto en mucho tiempo, pensé que deberíamos reunirnos y charlar”.
King nunca se había reunido con Marlon Brando, quien era aún más difícil de ver y de entrevistar, cuando pidió aparecer en el programa de King en 1994. Se llevaron tan bien que terminaron su charla de 90 minutos con una canción y un beso en la boca, una imagen que estuvo en los medios de comunicación en las semanas siguientes.
Después de una semana de gala por 25 años de su programa, en junio de 2010, King anunció abruptamente que se retiraba, diciendo a los espectadores: “Es momento de colgar mis tirantes”.
Para la salida de King comenzó a sospecharse que había esperado demasiado. El antes líder de las noticias por cable, estaba en el tercer puesto de audiencia con menos de la mitad del público nocturno anual de su mejor año, 1998.
Su estilo de asombrarse y de ser un tipo común y corriente en las entrevistas parecía ya avejentado; otros anfitriones hacían preguntas atrevidas, insistentes o cargadas.
Mientras, los errores ocasionales lo hacían parecer fuera de la realidad o algo peor. Uno de los mejores ejemplos fue cuando en 2007 le preguntó a Jerry Seinfeld si había dejado voluntariamente su programa de comedia o si había sido cancelado por la cadena NBC.
“Fui el programa más visto en televisión, Larry –respondió Seinfeld, desconcertado– ¿Sabes quién soy?”
“Siempre amé a Larry King y lo extrañaré”, tuiteó ayer Seinfeld. “La parte de ‘cancelado’ simplemente me divirtió por su pequeño error.”
Adicto al trabajo, King encontró un nuevo foro en Twitter cuando surgió la plataforma, ganando más de 2 millones de seguidores que simultáneamente se burlaban de él y lo amaban por su estilo.
Su cuenta de Twitter fue esencialmente el renacimiento de una columna de USA Today que escribió durante dos décadas, llena de pensamientos únicos e inconexos. Norm Macdonald hizo una parodia de la columna cuando interpretó a King en Saturday Night Live, con frases como “Cuanto más lo pienso, más aprecio el ecuador”.
Se burlaba de la vejez
King fue parodiado a menudo a través de bromas sobre la vejez, en programas de entrevistas nocturnos de presentadores como David Letterman y Conan O’Brien y aparecía con éste para participar en las burlas.
Su nombre de pila era Lawrence Harvey Zeiger, nació en 1933 de inmigrantes judíos de Europa del Este que tenían un bar y una parrilla en Brooklyn. De niño, tras la muerte de su padre tuvo una juventud problemática, a veces desamparada.
Como admirador de estrellas de la radio como Arthur Godfrey y los comediantes Bob & Ray, al llegar a la edad adulta King fijó su mira en una carrera en los medios. Cuando le dijeron que Miami era un buen lugar para comenzar, se dirigió al sur en 1957 y consiguió un trabajo limpiando pisos en una pequeña estación de AM. Cuando un locutor renunció abruptamente, King quedó al aire y le cambiaron el nombre, pues el gerente pensaba que Zeiger era “demasiado judío”.
Un año más después se fue a una estación más grande, donde pasó de ser el presentador usual al anfitrión de un programa diario de entrevistas que se transmitía desde un restaurante. Mostró que estaba preparado para hablar por igual con las meseras o las celebridades.
Para comienzos de la década de los 60 se había cambiado a una estación de radio más grande en Miami, tenía una columna en un diario y se había vuelto una celebridad local y víctima de la fama.
“Era importante para mí presentarme como un ‘gran hombre’”, escribió en su autobiografía, lo que significaba “gano mucho dinero y lo gasto fastuosamente”.
Acumuló deudas y sus primeros matrimonios fallidos (se casó ocho veces con siete mujeres). Apostaba, pedía prestado y dejó de pagar impuestos. También se involucró con un financiero dudoso para pagar una investigación sobre el asesinato del presidente Kennedy. King tomó algo del dinero para pagar sus impuestos vencidos y el socio lo demandó por fraude en 1971. Los cargos fueron retirados, pero su reputación pareció quedar en la ruina.
Perdió su programa de radio y durante varios años tuvo problemas para encontrar trabajo. Sin embargo, para 1975 el escándalo había pasado casi totalmente y una estación de Miami le dio otra oportunidad, lo que le hizo recuperar su popularidad. Fue contratado en 1978 para conducir su primer programa nacional.
En Washington, por la cadena Mutual, The Larry King Show llegó a escucharse en más de 300 estaciones y lo volvió fenómeno nacional. Unos años después el fundador de CNN Ted Turner le ofreció un horario en su joven canal. Debutó el 1º de junio de 1985 y se convirtió en el programa más popular de ese sitio. Al comienzo, el salario anual de King era de 100 mil dólares, pero llegó a ganar más de 7 millones.
Su hábito de fumar tres cajetillas de cigarros al día lo llevó a sufrir un paro cardiaco en 1987, pero la cirugía de bypass quíntuple no hizo que se volviera más lento.
Siguió demostrando que “no soy bueno en el matrimonio, pero soy un gran novio”.
Se casó con su novia de secundaria en 1952. El matrimonio duró menos de un año. En décadas posteriores lo hizo con Annette Kay, Alene Akins (dos veces), Mickey Sutfin, Sharon Lepore y Julie Alexander.
En 1997 se casó con Shawn Southwick, cantante country y actriz 26 años menor. Pidieron el divorcio en 2010, pero retiraron la petición y finalmente volvieron a pedir la separación en 2019.
La pareja tuvo dos hijos, el cuarto y quinto para King, Chance Armstrong, nacido en 1999, y Cannon Edward, en 2000.
En 2020, King perdió a sus dos hijos mayores, Andy King y Chaia King, quienes murieron con semanas de diferencia por problemas de salud no relacionados.
En las últimas décadas King tuvo muchos problemas de salud, incluidos más paros cardiacos, diabetes tipo 2 y cáncer de pulmón.
A pesar de sus reveses, siguió trabajando cuando estaba cerca de cumplir 90 años, haciendo programas de tertulia e infomerciales después de que su tiempo en CNN se terminó.
“Trabajar –dijo alguna vez– es lo que me sale más fácilmente”.