Casi al mismo tiempo que Joe Biden juraba como mandatario de Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador le expresó su deseo de que encabece una gestión exitosa y subrayó tres coincidencias básicas con el nuevo jefe de la Casa Blanca: la atención prioritaria a la pandemia del Covid-19, las acciones para la reactivación económica de su país y que sin duda repercutirán en México por la integración de ambas naciones, y la reforma migratoria en el territorio vecino.
El mandatario externó su optimismo en concretar una buena relación con el nuevo gobierno estadunidense. “No tengo ninguna duda, estoy tranquilo, optimista porque será muy buena la relación con el presidente Biden”.
López Obrador abundó en la necesidad de realizar una reforma migratoria misma que –recordó– le planteó hace ocho años en una carta que le entregó al entonces vicepresidente Biden. Indicó que dicha reforma –que regularizaría la condición de los paisanos mexicanos– podría complementarse con el apoyo a los países de Centroamérica y las entidades del sureste de México, pues así se enfrentaría el fenómeno migratorio con desarrollo.
Mientras en Washington transcurrían los últimos minutos de la administración de Donald Trump en su gestión, en Palacio Nacional se le agradeció por haberle otorgado buen trato. “Creo que fue en beneficio para México. Fueron pocos los desencuentros, uno en particular, la decisión unilateral de querer imponer aranceles, pero se llegó a un acuerdo. Respetó nuestra soberanía. Nunca tomó la decisión de mandar agentes para ocuparse de casos que sólo corresponden a nosotros”.
Detalló que en la carta que entregó en 2012 a Biden le hizo referencia al muro fronterizo (todavía no llegaba el presidente Trump) “porque hay que aclarar que el muro se construye desde hace tiempo y cada presidente de Estados Unidos ha hecho su parte. El mandatario Biden conoce muy bien este planteamiento; él hace el compromiso durante la campaña y yo espero se dé a conocer lo del plan de migración”.
Hizo un apretado recuento de acciones de Trump hacia México: no intervino cuando se detuvo y liberó a Ovidio Guzmán; ofreció apoyo y entendió el rechazo (para la intervención de agentes de su país) cuando la masacre de mujeres y niños en Bavispe y, durante la negociación para reducir la cuota petrolera propuso que Estados Unidos absorbería bajar su producción 200 mil barriles que le correspondían a México, entre otras.
En tanto, se pronunció porque en la reforma a la Ley del Banco de México se preserve su autonomía, pues “nos conviene a todos”, pero es necesario que se encuentren mecanismos para que a los familiares de quienes envían remesas en dólares no se les pague menos por los procedimientos para acotar el lavado de dinero.
Más adelante exhibió el currículo del directivo en México de Twitter, enfatizando en su pasado panista y pronunciándose porque haga su trabajo de manera profesional. Mencionó que era militante o simpatizante muy cercano al blanquiazul, “el que actualmente maneja Twitter”, fue hasta asesor de un senador famosísimo del PAN y como “mi pecho no es bodega” presentó la referencia en pantalla durante la conferencia.
“Esto es importante porque no son sólo las instituciones o los organismos o decir Twitter o Facebook, sino ver quiénes manejan estas instituciones, quienes son, porque ustedes que son periodistas saben que es muy difícil que haya neutralidad”.
Recordó que en los albores de su gestión, dirigentes del sindicato petrolero pidieron preservar sus canonjías a cambio de incrementar la edad de jubilación de los trabajadores: “los mandamos al carajo”.
Precisó que la adquisición de estadios de béisbol en Sonora forma parte de las inversiones federales para la recuperación de unidades deportivas para alentar el ejercicio como medicina preventiva.