París. Francia descarta ofrecer disculpas oficiales por los crímenes coloniales cometidos en Argelia, pero prevé realizar “actos simbólicos” en favor de la reconciliación entre ambos pueblos tras la entrega ayer de un informe sobre la colonización y la guerra en ese país del norte de África, encargado por el presidente francés Emmanuel Macron.
La presidencia francesa indicó que “no era cuestión de mostrar arrepentimiento” o de “presentar una disculpa” por la ocupación de Argelia o la sangrienta guerra (1954-1962) que puso fin a 132 años de dominio francés, sino que era más importante poner fin a la cultura de “negación y cosas no dichas” que rodeaban al pasado de Francia en esa nación y anunció que Macron emprendería “actos simbólicos” de reconciliación.
Las atrocidades cometidas por ambas partes durante la guerra de independencia de Argelia aún tensan las relaciones entre los dos países seis décadas después.
Benjamin Stora, reconocido especialista en la historia contemporánea de Argelia, entregó ayer el informe que Macron encargó en julio para “hacer un inventario justo y preciso de la colonización y la guerra de Argelia”, que sigue siendo un episodio muy doloroso en la memoria de las familias de millones de franceses y argelinos.
Stora hizo varias propuestas, entre ellas la creación de una “comisión mixta franco-argelina de la memoria y la verdad” que escucharía el testimonio de las personas que sufrieron durante la guerra de Argelia e impulsaría los esfuerzos de reconciliación.
Entre los “actos simbólicos” previstos por Macron figura la participación en tres días de conmemoraciones el próximo año para celebrar el 60 aniversario del final de conflicto.
Una jornada marcará la represión de una manifestación de argelinos en Francia en 1961, otro día conmemorará a los Harkis, que lucharon junto a las fuerzas francesas en Argelia y que se vieron obligados a huir después de la guerra.
Las conmemoraciones fueron una de las propuestas de Stora, quien dijo que reconocer los errores del pasado es más importante que ofrecer disculpas.
Ningún otro acontecimiento de la historia colonial de Francia tuvo un impacto tan profundo en la sique nacional como el conflicto de Argelia.
Más de un millón de reclutas franceses prestaron servicio en el conflicto que cobró cientos de miles de vidas argelinas.
Macron, el primer presidente nacido después del periodo colonial, ha ido más lejos que ningún otro de sus predecesores al reconocer la magnitud de los abusos cometidos por Francia en el país magrebí.
Durante su campaña presidencial, en 2017, causó un sismo político al declarar que la colonización de Argelia era un “crimen contra la humanidad”.
Un año más tarde reconoció que Francia instigó un sistema con el que facilitó la tortura durante la guerra.
La represión de Francia contra el movimiento de independencia argelino dejó un profundo resentimiento que Macron ha vinculado a la radicalización entre la segunda y tercera generación de inmigrantes norteafricanos, pero también hay otros agravios.
Después de la independencia, cientos de miles de colonos europeos temerosos de represalias huyeron a Francia, un éxodo que sembró las semillas del sentimiento antiárabe que alimentó el ascenso de la extrema derecha.
En declaraciones a la revista Jeune Afrique en noviembre, Macron describió a Francia como “encerrada en una especie de péndulo entre dos posturas: disculparse y arrepentirse por un lado y negarse y sentirse orgullosa por el otro”.
“En cuanto a mí, me gustaría la verdad y la reconciliación”, afirmó Macron.