Un día sí y el siguiente también, el sicariato mediático divulga la “mala nueva” de que el gobierno mexicano “no tiene recursos económicos ni forma de allegárselos” para pagar las vacunas que requieren (gratuitas, por cierto) los cerca de 130 millones de habitantes de esta heroica República. No se cansa, y a cada explicación oficial sobre los dineros, abasto y logística para lograr tal objetivo corresponde otra andanada de mentiras.
El problema no es saber quién se cansa primero, sino que algunos sectores de la sociedad creen a pies juntillas la cantidad de barbaridades que circulan, que son muchas, y que sólo pretenden desinformar, desorientar, provocar miedo, odio y división, y llevar agua al molino político de los opositores, en una práctica verdaderamente deleznable, especialmente en tiempos de pandemia.
Por ello –aunque lo detallan prácticamente todos los días–, los funcionarios responsables del pago, abasto y logística de las vacunas insisten en que cada uno de los cerca de 130 millones de mexicanos contará con el biológico en tiempo y forma y, desde luego, de forma gratuita. Pero parece que no hay forma de que el sicariato mediático le baje dos rayitas a su campaña desinformadora.
Valga lo anterior para retomar la enésima explicación que, sobre el particular, ofreció el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, en el sentido de que el gobierno federal “cuenta con una reserva presupuestal de 4 mil millones de dólares (algo así como 80 mil millones de pesos), equivalente a más del doble de recursos para todo lo que se requiere en materia de vacunas” ( La Jornada, Alonso Urrutia, Roberto Garduño y César Arellano).
Herrera detalló que “hasta el momento hemos dedicado 6 mil 251 millones de pesos para pagar la vacuna. Esta mañana (la del pasado martes) se está liquidando la última factura de 124 millones de pesos. Para asegurarnos de que no haya ningún problema en caso de que existan otras vacunas disponibles, tenemos una reserva presupuestal, pero también una reserva en dólares para garantizar que ni siquiera los movimientos en el tipo de cambio puedan poner en duda esta operación”.
Más claro no puede ser, pero al sicariato mediático le tiene sin cuidado. De hecho, una semana atrás el propio secretario de Hacienda explicó que “tenemos la totalidad del presupuesto para el pago de las vacunas; en el gobierno no hay prioridad más alta que dotar al país de las vacunas a la mayor velocidad posible. Si hubiera disponibilidades adicionales de vacunas en las próximas semanas, nos hemos asegurado de tener flexibilidad en el presupuesto para generar el espacio fiscal y responder satisfactoriamente si hubiera necesidad de contratos adicionales”.
En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador reiteró que la farmacéutica Pfizer “está cumpliendo y nos está entregando la vacuna”, pero para evitar cualquier duda detalló que, en plática con el director general global de dicho laboratorio, “reconfirmamos los envíos; el contrato que tenemos para que no nos falten las dosis y podamos avanzar en la vacunación”.
Y de cereza, el subsecretario Hugo López-Gattel explicó que en la madrugada de ayer llegó “el embarque del granel de AstraZeneca; 5 mil 230 litros del producto, de la sustancia activa de la vacuna. Y no es, esto debe quedar claro, para aplicación inmediata; no es que del avión ya se puede poner la vacuna, como sí lo estamos haciendo en los casos de la vacuna que ya está envasada de Pfizer. El propósito de este granel es que llegue a la planta de una farmacéutica mexicana donde seguirá el proceso de envasado; se espera que a finales de marzo estará el producto listo para su uso en el público. En el acumulado, serán 77.4 millones de dosis, no de este granel, sino de todos los que llegarán, que fueron contratados por el gobierno mexicano para México”. Entonces, queda claro que no se trata de falta de información, sino de exceso de mala leche.
Las rebanadas del pastel
En medio de la militarización de la capital estadunidense, el encontronazo social y el llamado a “terminar con esta guerra civil”, formalmente quedó inaugurada la “era Biden”, la cual, todo indica, nada distinta será de las anteriores.