Ahora que ya no tiene inmunidad, en su mansión de Florida Donald Trump seguramente recordará la noche en que Megyn Kelly, reportera de la cadena de noticias Fox, lo entrevistó durante el debate presidencial de 1916. Ella era destacada figura del conglomerado mediático de Robert Murdoch, amigo del ex presidente.
Esa noche, la reportera lo cuestionó por las expresiones ofensivas que solía emplear contra las mujeres. Las respuestas que entonces le dio a Kelly lo mostraron ante millones de espectadores como un personaje misógino y vulgar. Más tarde, la reportera tuvo que entrevistarlo “amablemente” a modo de disculpa por orden de Roger Ailes, fundador y dirigente de Fox, y quien en 2016 dejó su cargo en medio de un escándalo mediático por abusar sexualmente de varias de sus colaboradoras.
Este depredador sexual apoyó sin límite la campaña electoral de Trump, mucho más que cuando estuvo al servicio de Richard Nixon, Ronald Reagan y George Bush padre; o en el fallido intento de la fanática Sarah Palin por ocupar la Casa Blanca.
Pieza clave de la estrategia mediática del odio en la televisión estadunidense, Ailes ayudó al triunfo de Trump al restar importancia a las denuncias que hicieron contra él 26 mujeres por abuso o acoso sexual. El magnate dijo que eran “noticias falsas”, montadas por gente interesada en perjudicarlo.
Entre las víctimas: Summer Zervos, concursante del programa que Trump tuvo en la televisión; Kristin Anderson, Miss Washington; Cassandra Searles, Jessica Leeds; Ivanna, su primera esposa, que lo acusó judicialmente de violarla; la empresaria Lisa Boyne; Jill Hart, organizadora de concursos de belleza; Mindy Mcgillivray; Temple Taggar, Miss Utah, y la periodista Jean Carroll. Agreguemos las prostitutas que aceptaron callar sobre sus relaciones sexuales con él, vía arreglos financieros.
Sobreviviente de seis bancarrotas, dos divorcios y más de 4 mil procesos judiciales, se duda que esta vez salga bien librado de las demandas en su contra por fraude fiscal y bancario, obstrucción a la justicia y abuso sexual.