Parece que el golpe económico provocado por la pandemia será un poco menor al originalmente previsto, aunque ello no quita la brutalidad del impacto. Al comienzo de esta ingrata temporada se llegó a estimar que en 2020 la caída anual del producto interno bruto mexicano (PIB) superaría 12 por ciento, pero con el correr de los meses tal predicción se redujo a alrededor de 8 por ciento.
Mal concluyó 2019 y peor empezó 2020. A partir de marzo pasado, ya con la pandemia declarada, la economía mexicana cayó en picada y sin red de protección, aunque en junio comenzó a observarse un repunte, que pintaba muy bien. Sin embargo, al llegar noviembre de nueva cuenta el resultado empezó a mostrarse descendente, aunque no en la proporción inicial. De cualquier forma el resultado no es nada grato.
De hecho, ayer el Inegi dio a conocer el más reciente Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) con cifras preliminares, el cual apunta a una caída de 4.3 por ciento en noviembre y de 5.3 por ciento en diciembre pasados. Lo anterior permite estimar que la caída en 2020 sería cercana a 8.3 por ciento.
Como bien apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes, tal desplome anual sería “el mayor des-de 1932”, en un ambiente que desde junio de 2018 ya mostraba fuerte deterioro, pero se exa-cerbó por la pandemia. “El comportamiento sintetiza los resultados alcanzados tanto por las estrategias de política económica implementa-das por el sector público como de sus efectos sobre el sector privado y los hogares.
En los últimos 40 años México no ha hallado la fórmula para mejorar el funcionamiento de su sistema productivo, hecho que tiene su reflejo en la precarización de su mercado laboral. La irrupción del Covid-19 agudizó la falla estructural de la economía mexicana. Con base en el más reciente indicador del Inegi, México acumula 18 caídas consecutivas y 21 en los últimos 25 meses”. Ese mismo indicador revela que el mayor daño en la estructura productiva de México ocurrió en el sector industrial. Ello representa una pérdida sistémica en su capacidad de generar valor agregado y en la capacidad potencial de la economía, la cual sólo se podrá revertir con un incremento en la inversión. El aumento de ella, tanto pública como privada, es un aspecto estratégico, pues hasta octubre pasado su tendencia se mantiene en niveles similares a los registrados en 2005.
Sin inversión no hay crecimiento económico ni desarrollo social, y en estos momentos reporta algunas de las bajas más sensibles de los últimos años. La debilidad observada en materia de crecimiento económico se encuentra asociada a lo que ocurre con la merma del consumo privado; es decir, con la adquisición de bienes y servicios de los hogares mexicanos. En 2020, tanto el resultado del sector servicios como la tendencia del consumo privado permiten inferir la necesidad de implementar medidas integrales y de gran calado para lograr una sóli-da reactivación del mercado interno, para lo que se requiere evitar el cierre de empresas con el objetivo de detener la precarización del mercado laboral y que ello permita fortalecer la capacidad de consumo de las familias mexicanas.
La pandemia es un asunto de seguridad nacional, tanto por los efectos negativos en la salud de la población como por la afectación estructural al sistema social y económico de la nación. Sin lugar a duda, uno de los desafíos coyunturales más significativos al inicio de 2021 es el de los confinamientos causados por el avance del Covid-19: hasta el momento 10 entidades de la República, que representan más de 50 por ciento del PIB, se encuentran en semáforo rojo, una situación que detiene la capacidad de recuperación económica.
Las rebanadas del pastel
Por fin llegó el día: el neofascista Donald Trump se va mucho a… Miami, aunque deja negras secuelas. Por ello, falta ver el desarrollo de la toma de posesión de Joe Biden –quien tampoco es garantía– y la actitud de las camisas anaranjadas del, a partir de hoy, ex inquilino de la Casa Blanca, siempre con el deseo de que esto no se repita.