La caída en la demanda de crédito de las empresas a los bancos, hasta noviembre, está asociada a la baja capacidad de pago que tienen estas firmas, la reducción en las fuentes de ingreso y los bajos niveles de inversión en el país, de acuerdo con un estudio de BBVA Research.
Cifras oficiales de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), hasta el undécimo mes de 2020, muestran que el saldo de crédito vigente de los bancos a las empresas del país fue de 2 billones 583 mil millones de pesos, una reducción en términos reales de 4.8 por ciento al compararse con el mismo mes de 2019.
De forma nominal (sin descontar la inflación), la reducción fue de 0.9 por ciento, lo que implicó la primera caída desde febrero de 2010, reveló el banco.
“La caída en la demanda de crédito de las empresas podría estar asociada a la limitación de su capacidad de pago, por el deterioro de sus fuentes de ingreso”, precisó el área de investigación de BBVA.
Con las cifras del regulador y por tamaño de empresa, la cartera de crédito vigente de las pequeñas y medianas empresas, que representa 14 por ciento de la cartera total, registró una contracción nominal de 14.8 por ciento en noviembre de 2020 “la caída más severa disponible desde julio 2017”.
Por su parte, las empresas grandes, que representan 75.6 por ciento del crédito total a empresas, reportaron en noviembre un crecimiento nominal de 0.3 por ciento, lo que también constituye un mínimo desde julio de 2017.
“Después de la fuerte caída registrada en abril y mayo la recuperación ha sido lenta y aún se registran contracciones. En particular, los indicadores de octubre (últimos disponibles) sobre ingresos por el suministro de bienes y servicios aún muestran reducciones a tasa anual en los ingresos del comercio al por mayor de 6.6 por ciento, comercio al por menor de 7.1 por ciento y servicios privados no financieros de 9.2 por ciento”, enfatizó BBVA.
Mayor cautela
Consideró que otro de los factores asociados a la baja demanda por financiamiento de las empresas es el deterioro de los indicadores de inversión.
En particular, el indicador de la inversión fija bruta registró en octubre una caída a tasa anual de 13.7 por ciento, su noveno mes consecutivo con una caída de doble dígito y el vigésimo primer mes consecutivo de contracción.
Así, las condiciones para favorecer mayor inversión a corto plazo parecen aún no concretarse, pues los indicadores de confianza empresarial, respecto del momento adecuado para invertir en los sectores construcción, manufacturas, comercio y servicios continúan con un fuerte deterioro, con caídas anuales en noviembre de 21.7 por ciento, 32.5 por ciento, 40.2 por ciento y 43.5 por ciento respectivamente.
“De esta forma, al cierre del año, no han mejorado las condiciones para que la demanda por financiamiento de las empresas pueda ser impulsada por una mayor necesidad de invertir”, apuntó la institución financiera.
“Si bien las empresas podrían requerir financiamiento para sufragar los gastos asociados al capital de trabajo, la falta de certidumbre respecto a la continuidad de su flujo de ingresos a corto y mediano plazo podría estar incentivando mayor cautela, tanto para tomar mayor financiamiento como para otorgarlo.”