Juchitán, Oax., Un espacio de arte siempre es un respiro, una forma de decirle a la vida que hay esperanza, así lo describe Francisco Reyna Freyna Lucero, director y cofundador del Centro Cultural María Taurina, proyecto alternativo independiente que nació para la promoción de la cultura en Juchitán, Oaxaca.
El Centro Cultural María Taurina busca ser un aliciente de la cultura y las artes en medio de la pandemia, donde varios espacios culturales están cerrados y el arte requiere mostrar una mirada resiliente ante el caos provocado por el encierro.
María Taurina es más que un nombre, Freyna Lucero lo eligió porque es su legado y herencia, la síntesis de tres mujeres, sus abuelas y una tía: “María Elena, María de la Luz y Taurina”, quienes sembraron en él el amor por la vida y las artes.
“Contar con un proyecto alternativo, con un espacio digno para talleres y exposiciones, es justo lo que deseamos, no es nada sencillo, pero lo habilitamos. Todo surgió de un semillero cultural en el que participé y que en este 2021 no sabemos si continúe por cuestiones institucionales, mientras tanto, aquí estamos, rescatando e impulsando espacios por nuestros niños y jóvenes, por los artistas que requieren un lugar y por nosotros mismos. La pandemia nos dejó también fuer-za”, sostuvo.
Freyna Lucero contó con la complicidad de Karina Contreras Alba para habilitar las paredes, le añadieron mesas y sillas y adaptaron los espacios para que de manera ordenada y por citas, con todas las medidas sanitarias, los visitantes puedan sentir cómo el arte llega al alma con tan sólo hojear unos textos o mirar fotografías y pinturas.
La intención de ambos, él como fotógrafo de profesión y ella como gestora social, es tener exposiciones permanentes, que sea un espacio vivo, que aquel que haga una cita y lo recorra siempre encuentre un aliciente a su dolor, a su alegría y quizá a la desesperación que ha generado vivir encerrado durante 11 meses.
Reconstruir con arte
Dentro de este sitio también hay una biblioteca fotográfica comunitaria, en la cual se busca crear historia de este arte para que niños y jóvenes puedan consultar y admirar el tiempo que lo desean.
“María Taurina es un espacio donde los fotógrafos del Istmo tienen un lugar dónde exponer, de encuentro con la dimensión cultural, con el arte. Tratamos de ser un espacio digno, sólo eso, y lo importante es que la gente lo aprecie, lo visite, lo quiera, porque es de y para los juchitecos”.
Para la creación de este centro cultural se recibieron apoyos y donativos en obras, una de las formas en que se sostendrá, porque es independiente, y lo que busca sólo es privilegiar el arte.
A raíz del sismo del 7 de septiembre de 2017, la Casa de la Cultura de Juchitán fue cerrada tras más de 40 años de existencia, al igual que otros espacios culturales. De tal modo, María Taurina llega como una opción para que la cultura zapoteca florezca desde las artes.