Ciudad de México. En los próximos dos años son probables crisis de empleo y sustento, desilusión generalizada en jóvenes por la falta de trabajos, desigualdad en el acceso a servicios digitales, estancamiento económico, daño ambiental provocado por el hombre, erosión de la cohesión social y ataques terroristas, reportó el Foro Económico Mundial.
“El costo humano y económico inmediato de COVID-19 es severo. Amenaza con retrasar años de progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad y con debilitar aún más la cohesión social y la cooperación mundial”, consideró en su Reporte de Riesgos Globales.
El él apuntó que Covid-19 no sólo ha causado más de dos millones de muertes, sino que sus impactos económicos y de salud a largo plazo “seguirán teniendo consecuencias devastadoras”.
La onda expansiva económica de la pandemia aumentará inmediatamente la desigualdad, pero también lo hará una recuperación desigual. Por ejemplo, sólo en el segundo trimestre de 2020 se perdieron horas de trabajo equivalentes a 495 millones de empleos, expuso el Foro.
En su reporte de riesgo agregó también que en un plazo de tres a cinco años son probables las burbujas de activos, la inestabilidad de los precios, las crisis de las materias primas y las crisis de la deuda; y en hasta diez años se podría ver el “colapso de Estados o instituciones multilaterales”.
Subrayó que esto se suma a una “era de hielo del empleo”, sobre todo para los adultos jóvenes que están experimentando su segunda gran crisis mundial en una década.
Esa generación —ya expuesta a la degradación ambiental, las consecuencias de la crisis financiera, el aumento de la desigualdad y la interrupción de la transformación industrial— enfrenta serios desafíos para su educación, perspectivas económicas y salud mental, agregó.
“Es probable que la división digital y una futura generación perdida pongan a prueba la cohesión social desde dentro de las fronteras, lo que exacerba la fragmentación geopolítica y la fragilidad económica mundial”, recalcó.
Sobre el cambio climático apuntó que si bien se redujeron las emisiones globales en la primera mitad de 2020, ello no quiere decir que no repuntarán en la fase de recuperación y advirtió que el “fracaso de la acción climática es el riesgo a largo plazo más impactante y el segundo más probable identificado reporte de riesgos globales.