Ciudad de México. Con la puerta de acceso abierta en unos casos y cortinas medio abiertas con la colocación de cintas en los ingresos en otros, negocios de todo tipo ubicados en el Centro Histórico reanudaron actividades de manera parcial en espera de salir adelante y no continuar con el recorte de personal. En tanto, el comercio ambulante se desbordó y mucha gente aprovechó para “salir del encierro”.
Desde las 11 horas se observó una larga fila para ingresar al Centro Joyero de Palma 30 a recoger o comprar mercancía; mientras, establecimientos de ropa, zapaterías, camiserías y tiendas de trajes ubicados en el centro financiero lucían desiertos.
La esperanza de los encargados y trabajadores “era que la gente librara los obstáculos que impiden el acceso vehicular y peatonal, pues son pocas calles por donde se puede caminar libremente, y eso la espanta, pero esperamos salir poco a poco adelante”.
En medio del reinicio parcial de actividades de negocios esenciales, otros aprovecharon para abrir sus puertas, pese a la presencia de vallas metálicas u hojas de acero en calles que confluyen al Zócalo, que “se ha convertido en la zona cero”, señalaron entrevistados.
Dichos “obstáculos”, que se mantienen sobre Eje Central, Bolívar, Isabel La Católica, Palma, Plaza de la Constitución y Correo Mayor, además de provocar caos vehicular no impidieron que los vendedores ambulantes se desbordaran en los entronques de Venustiano Carranza con Las Cruces y Jesús María.
Así como en Manzanares, Talavera y Alhóndiga, mientras eran pocos los negocios formales ubicados detrás de Palacio Nacional que abrieron sus puertas, como ferreterías, en la calle Corregidora, donde decenas de personas esperaron a que les permitieran ingresar.
En la calle Academia, policías colocaron una valla metálica y conforme las personas salían de esos negocios, permitían el ingreso de otras, lo que generó una gran concentración de compradores que, desesperados por ingresar, no guardaban la sana distancia.
Trabajadores y encargados de negocios atendieron la solicitud de mercancía en la entrada del negocio sin permitir el acceso a nadie, para evitar multas o clausuras, lo cual se observó también en tiendas de electrónica.
Pese a que gran parte de los negocios no abrieron sus puertas, la gente se desbordó y aprovechó esta reapertura parcial para “dar una vuelta”, “distraerse” o “salir del encierro”, aunque los cierres de calles “nos generaron muchos problemas, pero no hay prisa”, dijeron.
Una situación similar se observó en la calle Independencia, que fue aprovechada por ambulantes que se instalaron en la banqueta sin que ninguna autoridad lo impidiera; ahí, una tienda de artículos chinos permitió el ingreso de la gente.
Comerciantes lamentaron que “las autoridades nos pongan tantas trabas para reabrir y estemos cumpliendo, mientras los ambulantes se van por la libre, toman las calles, afectan los negocios y nadie les hace nada”.