El lenguaje, después de la vida misma, es el gran misterio de la existencia. Así lo sostiene el sicoanalista y lingüista franco-colombiano Evelio Cabrejo Parra (1942), autor del libro Lengua oral: destino individual y social de las niñas y los niños, que acaba de publicar el Fondo de Cultura Económica (FCE).
“La lengua oral es un gran misterio científico, porque un niño no necesita cursos especiales para aprender a hablar. Todo lo que hay que hacer con un bebé es hablarle, jugar con las palabras, hacerle escuchar la riqueza de la lengua en los relatos, los cantos de cuna, las retahílas y las adivinanzas, todo eso hace parte de la oralidad”, explica.
“El niño tiene una capacidad natural de extraer de todo eso para construir el pensamiento y, sobre todo, para saber cómo está construida una lengua y cómo funciona. Es una capacidad natural. Aprender a hablar está ligado con la facultad del lenguaje, localizada en la parte izquierda del cerebro, pero aprender una lengua es una actividad cultural. Es decir, la lengua está donde nacemos y, para aprenderla, hay que realizar un trabajo.
“Hay tres cosas que dialogan al mismo tiempo: la parte neurológica, la mental y la cultural; es del encuentro de esos tres parámetros que se construye un ser sicosocial; es decir, lo que somos.”
En entrevista telefónica desde París, Francia, donde reside desde los años 70, el especialista asegura que los seres humanos comenzamos a leer desde el nacimiento –no grafías, sino la voz y la gestualidad materna–, y que ese proceso, así como la apropiación y la construcción del lenguaje, es fundamental para la humanización de los individuos.
“La lengua hace parte de la humanización y de la cultura. Hay una relación profunda e indisociable entre lengua y cultura. La lengua hace parte de la cultura y es porque la contiene, la transmite, la recrea y la mantiene viva. Esa relación profunda entre cultura y oralidad es maravillosa desde el origen de la humanidad”, sostiene.
Lengua oral: destino individual y social de las niñas y los niños es el primer libro que decide publicar Evelio Cabrejo, especialista en primera infancia. Aunque son numerosos sus artículos en diversos medios impresos, tanto en español como en francés, no existía hasta ahora ninguna obra que recopilara sus investigaciones.
Lo que persigue el autor con este volumen, señala, es poner a disposición de especialistas y de cualquier persona interesada en el tema su experiencia de 37 años de profesor universitario de lingüística.
“Me di cuenta de que es algo muy complicado, pero que al mismo tiempo existe una capacidad natural del ser humano para apropiarse de esa complejidad. Entonces, hay que alimentar esa capacidad y, al hacerlo, hacemos vivir a los niños nuevas posibilidades, no en términos de escalas sociales, sino de posibilidades bellas de existencia”, sostiene.
“Quisiera que todo niño y niña pueda hacer del lenguaje un compañero interno que esté con él para hablar a los demás y a sí mismo, y dar sentido a la vida y donde está.”