Washington. La capital del país se encontraba bajo un operativo de cierre de emergencia mientras las autoridades de seguridad de Estados Unidos, en un ambiente de tensión, se preparaban para una serie de acciones a favor del presidente Donald Trump en las capitales de los 50 estados del país este fin de semana. Ayer se informó que el viernes un hombre fuertemente armado fue detenido cuando intentaba ingresar a la zona del Capitolio portando un falso pase para asistir a la toma de posesión del presidente electo Joe Biden.
La sede del gobierno estadunidense está resguardada con barreras y miles de efectivos de la Guardia Nacional para tratar de evitar ataques violentos como los que sacudieron el recinto el pasado 6 de enero.
Trump será sujeto de un juicio político por haber azuzado a sus seguidores a irrumpir violentamente en el Capitolio ese día, en acciones que degeneraron en enfrentamientos que se saldaron con cinco muertos. El magnate afirmó falsamente que él ganó la elección y que sus votantes eran objeto de un fraude electoral.
La FBI advirtió a las agencias de policía sobre posibles protestas de grupos armados fuera de los edificios de gobierno de los 50 estados a partir del sábado y hasta la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, el 20 de enero. Las marchas fueron convocadas por partidarios de Trump, quienes creen en sus falsas denuncias de fraude electoral.
Michigan, Virginia, Wisconsin, Pensilvania y Washington se encontraban entre los estados que activaron a sus guardias nacionales para reforzar la seguridad. Texas cerró su edificio del Capitolio hasta el día de la toma de posesión de Biden.
Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, señaló en un comunicado que la inteligencia indicaba que “extremistas violentos” podrían aprovechar las protestas planeadas en Austin para perpetrar “actos criminales”.
Los preparativos tenían lugar después del mortal ataque del 6 de enero sobre el Capitolio de Estados Unidos en Washington por una combinación de extremistas y partidarios de Trump. Algunos planeaban secuestrar a miembros del Congreso y pedían la muerte del vicepresidente Mike Pence, en momentos en que organizaba la certificación de la victoria de Biden en las elecciones de noviembre.
Los líderes demócratas de cuatro comisiones del Congreso estadunidense dijeron el sábado que iniciaron una investigación de los hechos, de la cual informaron a las agencias de inteligencia y seguridad. Su intención era saber qué se conocía de las amenazas, si la información fue compartida y si alguna influencia extranjera jugó un papel.
“Esta historia que sigue en desarrollo es una historia de sorprendente valor de algunos policías del Capitolio de Estados Unidos y otros oficiales; de impactante traición de criminales violentos, y de fallas evidentes y de alto nivel, en particular, con respecto a la inteligencia y preparación”, señalaron en la carta.
Un hombre fuertemente armado fue arrestado el viernes en Wa-shington cuando intentaba pasar por uno de los numerosos puntos de control cerca del Capitolio, donde Biden será investido en unos días, según un reporte policial. Tenía en su poder, además, una falsa acreditación para asistir a la toma de posesión. Llegó al lugar en una camioneta llena de pegatinas en favor del derecho a portar armas.
Wesley Allen Beeler, originario de Virginia, se presentó la noche del viernes en un punto de control a algunos metros del Capitolio, según detalla un reporte de policía consultado el sábado por la Afp, confirmando una información de CNN. El hombre llevaba una pistola cargada y más de 500 cartuchos.
Acciones urgentes
Biden firmará una serie de decretos desde el próximo miércoles –día de su investidura– para atender asuntos como la pandemia, la crisis económica, el cambio climático y la injusticia racial en Estados Unidos, detalló el sábado uno de sus consejeros.
“Todas estas crisis demandan acción urgente”, expuso quien será su jefe de gabinete, Ron Klain, en un comunicado, añadiendo que Biden firmará “cerca de una docena de decretos tras su ceremonia de investidura el miércoles.
“En sus primeros 10 días en el cargo, el presidente electo Biden tomará acciones decisivas para atender estas cuatro crisis, prevenir otros daños urgentes e irreversibles y restaurar la posición de Estados Unidos en el mundo”, añadió Klain.
Al recibir la Casa Blanca de Donald Trump, Biden también heredará una serie de desafíos.
Estados Unidos se está acercando rápidamente a los 400 mil muertos por Covid-19 y registra más de un millón de casos nuevos por semana.
La economía también está débil, con 10 millones de empleos menos disponibles en comparación con el comienzo de la pandemia. Y los consumidores y las empresas estadunidenses están luchando por mantenerse a flote.
Biden reveló esta semana planes para obtener 1.9 billones de dólares con el fin de reactivar la economía mediante nuevos pagos de estímulo y otras ayudas, y sostuvo que planea acelerar los esfuerzos para distribuir la vacuna contra el coronavirus en todo el país.
Como prometió anteriormente, en el día de su investidura Biden firmará decretos que incluyen un plan para que el país se una nuevamente al acuerdo climático de París y revertir la prohibición de Trump a la entrada de personas de ciertos países de mayoría musulmana a Estados Unidos, según el comunicado de Klain.
“El presidente electo Biden tomará medidas, no sólo para revertir los daños más graves de la administración Trump, sino también para comenzar a hacer avanzar a nuestro país”, sostuvo.
Biden cubrió este sábado varias vacantes en lo que será su Departamento de Estado, con un grupo de diplomáticos de carrera y veteranos del gobierno de Barack Obama, indicando con ello su deseo de regresar a una política exterior más tradicional luego de cuatro años de incertidumbre e imprevisibilidad con el presidente Donald Trump.
Biden nombrará a Wendy Sherman como vicesecretaria de Estado y a Victoria Nuland como subsecretaria para Asuntos Políticos, la segunda y tercera posiciones en rango en el departamento. Ellas estuvieron entre los 11 funcionarios anunciados para servir bajo el secretario de Estado entrante, Antony Blinken.
El equipo “representa mi convicción central de que Estados Unidos será más fuerte cuando trabajemos con nuestros aliados”, dijo Biden en una declaración. Afirmó que confía en que “ellos usarán su experiencia diplomática y sus habilidades para restaurar el liderazgo global y moral del país”.
Cinco nombrados son personas no blancas o de la comunidad LGBT. Aunque la mayoría no son muy conocidos, todos son partidarios del multiculturalismo y muchos están familiarizados con Washington y los círculos diplomáticos en el exterior. Sus selecciones reflejan las intenciones de Biden de revertir el enfoque transaccional y a menudo unilateral de las relaciones internacionales durante el gobierno de Trump.
Por último, Dustin John Higgs fue ejecutado en las primeras horas de ayer y se convirtió en el decimotercer y último preso federal en morir bajo el mandato de Trump desde que el Departamento de Justicia reinició esta modalidad de ejecuciones, en julio de 2019.
Higgs fue condenado por secuestrar y ordenar los asesinatos de tres mujeres en 1996, aunque mantuvo su inocencia hasta su muerte.
“Me gustaría decir que soy un hombre inocente. Yo no ordené los asesinatos”, según sus últimas declaraciones recogidas por la cadena CNN. El autor material de los disparos fue un acompañante del reo, Willis Haynes, condenado a cadena perpetua.
Las víctimas de Higgs fueron Tamika Black, de 19 años; Tanji Jackson, de 21, y Mishann Chinn, de 23.
El Tribunal Supremo se negó a detener la ejecución, aunque algunos jueces discreparon, como Sonia Sotomayor, quien lamentó la “urgencia sin precedente” que ha rodeado este caso. “Después de esperar casi dos décadas para reanudar las ejecuciones federales, el gobierno debería haber procedido con cierta moderación para asegurarse de que lo hizo de manera legal”, manifestó.