Ciudad de México. La baja en la tasa de interés de referencia, que se encuentra en niveles mínimos de años recientes, no ha sido correspondida por una disminución en el costo de los créditos que pagan los usuarios de tarjetas, tanto bancarias como las emitidas por tiendas de autoservicio y departamentales.
El tema fue puesto sobre la mesa por el subgobernador del Banco de México (BdeM), Jonathan Heath. “Mientras que el BdeM ha bajado el objetivo para la tasa de fondeo interbancario en 400 puntos base para ubicarlo en 4.25 por ciento, Palacio de Hierro cobra 59.88 por ciento en su tarjeta de crédito. ¿59.88 por ciento? ¿En serio?”, dijo en su cuenta de Twitter.
La tasa de interés del banco central mexicano se encuentra en 4.25 por ciento, el nivel más bajo desde julio de 2016 cuando fue de 3.75 y después de haber alcanzado un máximo de 8.25 por ciento, en agosto de 2019.
La tasa de interés más alta que cobran los bancos y las tiendas comerciales llega a superar hasta en 17 veces la tasa de referencia del BdeM y hasta 23 veces la inflación de 2020, que fue de 3.15 por ciento.
Es el caso de la tarjeta de crédito Bodega Aurrerá, que cobra una tasa de interés de 75.1 por ciento, según se ve en el portal de internet de Inbursa, que es la operadora de ese plástico.
Un caso similar es la tarjeta Walmart, cuya tasa de interés promedio es de 74.5 por ciento. Al igual que la primera es gestionada por el banco Inbursa.
Soriana, otra de las cadenas de tiendas de autoservicio en México, cuenta con tres variantes de financiamiento. La tarjeta Soriana pagos fijos ofrece una tasa de interés de 74.51 por ciento, la Falabella Soriana 70.51 por ciento, mientras que Falabella Soriana Mastercard 67.51 por ciento.
La tasa de interés del plástico que ofrece Sam’s Club, operada por Inbursa, es de 63.2 por ciento. Su competidor directo, Cotsco, ofrece un tarjeta de crédito con una tasa de interés 12 veces superior a la tasa de referencia del banco central. Citibanamex, institución bancaria que la gestiona, señala una tasa de 53.95 por ciento.
Liverpool, tienda departamental que compite con Palacio de Hierro, también brinda a sus clientes la posibilidad de contar con tarjetas de crédito. El financiamiento directo con la firma tiene una tasa de interés de 11.5 por ciento, mientras el plástico respaldado por Visa es de 28.8 por ciento.
En contraste, la tarjeta de crédito de la tienda departamental Suburbia, que se dirige a sectores más populares de la población, cobra una tasa de interés de 74.42 por ciento en el caso del plástico departamental, mientras el financiamiento respaldado por Visa es de 77.42 por ciento.
Aunque la cadena de tiendas Sears cuenta con financiamiento mediante tarjeta, su portal de internet no precisa el dato.
La tasa de interés de la tarjeta de crédito de BanCoppel es de 59.9 por ciento. Sin embargo, datos del BdeM muestran que se ha incrementado pese a la reducción de la tasa de referencia del banco central, pues en diciembre del año antepasado era de 53.2 por ciento.
En el caso la tarjeta clásica de Banco Azteca es de 70 por ciento, es decir, 16 veces más la tasa de referencia actual del BdeM. El banco central no incluye a Banco Azteca en sus cuadros semestrales por cuestiones metodológicas de comparación, aunque en el portal del banco propiedad de Grupo Salinas muestra que hasta el 31 de enero del año pasado era la misma tasa de interés.
Para la tarjeta clásica Citibanamex la tasa promedio ponderada es de 56.18 por ciento, de acuerdo con su sitio de Internet. El BdeM indica que en diciembre de 2019 la tasa era de 20.6 por ciento.
En el caso de BBVA la tasa actual promedio en términos anuales es de 67.13 por ciento y hace un año era, según el banco central, de 35.3 por ciento.
En plena crisis, pignorantes pagan réditos de más de 200%
La crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19 ha dejado con pocas alternativas financieras a millones de mexicanos. Sobre todo aquellos que laboran en la informalidad han debido optar por el empeño de sus bienes, aceptando pagar tasas de interés que en algunos casos superan 200 por ciento.
Mientras la población pasa por un momento económico complicado, las casas de empeño están en auge, pues durante 2020, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre), sus operaciones crecieron 40 por ciento respecto del año previo, al tiempo que se espera sigan aumentando durante esta cuesta de enero.
Según el organismo, durante 2019 sus agremiados registraron en promedio 125 mil operaciones diarias, mientras en 2020 la suma se disparó a 175 mil.
Si bien las casas de empeño son un canal al alcance de casi cualquier persona, recurrir a ellas significa pagar un alto precio, pues sus tasas de interés y costo anual total (incluye comisiones, seguros y demás) suele ser muy superior al que cobra un banco comercial o incluso alguna financiera popular.
Por ejemplo, de acuerdo con datos oficiales, un crédito personal otorgado por un banco comercial puede tener un costo total, en la parte baja, de aproximadamente 25 por ciento, aunque también los hay de 80 y hasta 90 por ciento, como los casos de Banco Azteca o Coppel.
Sin embargo, en el sector de casas de empeño, donde hay más de 7 mil 600, es prácticamente imposible encontrar préstamos por debajo de 70 por ciento.
Las cifras promedio que manejan las casas de empeño más populares del país son Monte de Piedad, 73 por ciento; Fundación Dondé, entre 121 y 412 por ciento; First Cash, 180; Prendamex, de 72 a 270; Presto Cash, de 216 a 278 y Empeño Fácil, 250 por ciento.
Advertencia de Profeco
Lo anterior significa que si una persona deja en prenda algún artículo por el que una casa de empeño le prestó 10 mil pesos, con un costo anual total de 250 por ciento, al cabo de un año, si quiere recuperar su artículo tendrá que pagar alrededor de 25 mil pesos, es decir, 15 mil pesos más de lo que originalmente se le prestó.
Por este motivo, la Procuraduría Federal del Consumidor recomienda recurrir al préstamo prendario sólo en caso de urgencia, además de que antes de decidir se debe comparar diferentes casas de empeño, poniendo énfasis en el costo anual total, tasas de interés, comisiones, avalúo, gastos de almacenaje, seguro contra robo, etcétera.
De acuerdo con información de la Amespre, durante 2020 los artículos más empeñados por los mexicanos fueron aparatos electrónicos como computadoras, tabletas, celulares, herramientas e instrumentos musicales, que representaron 76 por ciento del total de artículos que se dejaron en prenda.