Es previsible que la nueva cepa más contagiosa del Covid-19, que apareció en Reino Unido, se convierta próximamente en la variante prevalente, lo que podría traer consigo un incremento de casos en México y el mundo, de acuerdo con expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Rosa María Wong Chew, jefa de la Subdivisión de Investigación Clínica, y Gustavo Olaiz Fernández, coordinador del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud, ambos de la Facultad de Medicina, expusieron ayer en un webinario que el riesgo de una nueva cepa no es que sea un virus más letal, sino que sea más contagioso.
Al respecto, investigadores y especialistas en ciencias médicas afirmaron que aun cuando las vacunas contra el Covid-19 se han alcanzado en tiempo récord, en ninguna de ellas se ha escatimado la seguridad ni la calidad, como tampoco se han saltado pasos marcados por organismos internacionales de salud.
En el simposio del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana, Miguel Betancourt Cravioto, presidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, expuso que el fármaco seguramente se irá perfeccionando, como se ha hecho con otras vacunas –contra el sarampión y la viruela–, las cuales actualmente no sólo son preventivas, sino también terapéuticas para reducir la gravedad y con ello el número de hospitalizaciones y fallecimientos.
Wong Chew y Olaiz Fernández destacaron que los virus muy agresivos y letales tienden a no ser efectivos para transmitirse, pues cuando muere su hospedero, mueren ellos también.
El primero expuso que el aumento de los casos y los récords de infecciones confirmadas registradas en México en los días recientes no se debe a que estén abiertos los comercios y los restaurantes, sino a las reuniones familiares celebradas a fin de año y a principios del mes.
Agregó que mientras una persona esté en contacto con otra, “hay un riesgo de transmisión. Se ha visto que 50-70 por ciento de las personas son asintomáticas, por ello hay que pensar que todos tienen el virus hasta no demostrar lo contrario”.
Gilberto Castañeda, del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, explicó que la rápida creación de una vacuna se debió a varios factores, entre ellos al conocimiento que ya se tenía de virus similares, pero también a los lazos de cooperación internacionales, e incluso de grandes consorcios farmacéuticos, y al uso de tecnologías innovadoras que permitieron simplificar y acelerar procesos.