Beirut. Al menos 57 soldados y combatientes partidarios del presidente sirio, Bashar al Assad, murieron en los bombardeos israelíes que tuvieron por blanco posiciones militares del este de Siria, la madrugada de ayer, aseguraron la agencia oficia siria Sana y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Según esta ONG, cuya sede está en Londres, se trata de los bombardeos más mortíferos perpetrados por Israel desde el inicio de la guerra en Siria en 2011. Desde entonces, Israel ha realizado centenares de ataques aéreos contra las tropas gubernamentales, combatientes iraníes y milicianos del Hezbolá.
En Israel, un vocero del ejército se negó a comentar estas informaciones, registradas por el OSDH y confirmadas por la agencia oficial de prensa siria Sana.
En las últimas semanas los bombardeos atribuidos a Israel en el este de Siria se intensificaron. En esta zona, en la provincia de Deir Ezzor, fronteriza con Irak, actúan milicias formadas por extranjeros pagados por Irán, acérrimo enemigo de Israel.
En los ataques murieron 14 elementos de las fuerzas regulares sirias y 43 milicianos proiraníes, entre los que había 16 iraquíes y 11 afganos, pertenecientes a las Brigadas de los Fatimides, según el OSDH.
Los blancos fueron depósitos de armas y bases militares en los alrededores de la ciudad de Deir Ezzor y en los desiertos de Bukamal y Mayadin, según el OSDH.
Las brigadas de Fatimides trasladaron y descargaron en los últimos días cargamentos de armas fabricadas en Irán en esta zona, procedentes de Irak, afirmó el observatorio.
“Seguiremos actuando contra quienes intenten desafiarnos”, advirtió antier Benny Gantz, ministro israelí de Defensa.
La agencia Sana informó de bombardeos israelíes nocturnos en el este del país. A la 1:10 de la madrugada de ayer contra la ciudad de Deir Ezzor y la región de Abu Kamal, según una fuente militar.
El martes aviones no identificados habían efectuado varios bombardeos en la región de Bukamal, matando a 12 combatientes de milicias proiraníes, según el OSDH.
Esta escalada se da en un momento en que, según expertos, el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, e Israel podrían estar incrementando la presión sobre Irán y sus aliados regionales.