La semana pasada el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hizo oficial el decreto por el cual el maíz transgénico y el herbicida glifosato quedarán prohibidos en el territorio nacional, lo que de acuerdo con especialistas, elevará costos y afectará la producción agrícola del país.
El decreto del gobierno publicado en el Diario Oficial de la Federación establece que dicha medida deberá aplicarse de manera paulatina hasta culminar en enero de 2024.
Sin embargo, analistas del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) señalaron que fijar un periodo de tres años podría no ser suficiente para el gran reto que representa la eliminación de su uso, con efectos importantes en la producción y rentabilidad agrícola.
“Confiamos que sólo se refiera a la siembra del maíz genéticamente modificado y no la importación, de lo contrario sería catastrófico para la economía nacional, el sector pecuario, industrial y consumidor”, advirtió el organismo.
Resaltó que sin duda el uso del glifosato como herbicida ha sido objeto de controversia por los daños al ambiente, por lo que es deseable su sustitución; sin embargo, es necesario analizar cuáles son las alternativas de sustitución y sus efectos en la producción agrícola en términos de acceso, costos y resultados.
El glifosato es un herbicida que ha generado polémica en años recientes por causar daños al medioambiente y a la salud humana.
Para el GCMA es muy importante involucrar a los proveedores de agroquímicos en México con el fin de encontrar, en el menor tiempo posible, sustitutos idóneos para el glifosato, y plantear sus diferencias, sobre todo en costo, a fin de estructurar programas gubernamentales que permitan al productor la sustitución gradual del herbicida, minimizando su impacto en costos de producción y rentabilidad.
Incierto, el efecto en la importación de maíz
Otro problema que ve el organismo es que para cubrir las necesidades de consumo de maíz en México es necesaria la importación de aproximadamente 17 millones de toneladas anuales, provenientes en su mayoría de Estados Unidos al amparo del T-MEC.
Sin embargo, la mayoría de la producción de maíz amarillo en el mundo y, específicamente la de Estados Unidos, es genéticamente modificada.
A las advertencias anteriores se suman las de la asociación Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología, la cual señala que la prohibición del uso de glifosato en el campo mexicano puede ser un duro golpe, pues provocaría una disminución hasta de 40 por ciento en la producción de maíz y frijol, dos de los alimentos básicos de los mexicanos.
Además, de acuerdo con el organismo, el impacto se puede extender a otros cultivos importantes para el país, como chile, tomate, cítricos y café.