El aniversario natal 113 del muralista, pintor, grabador y escultor michoacano Alfredo Zalce (1908-2003) es celebrado con tres días de jornadas virtuales, que comenzaron el 12 de enero, día de su onomástico. En esta ocasión, la quinta edición de las Jornadas Alfredo Zalce tiene como tema central los archivos artísticos, ya que el acervo del nativo de Pátzcuaro se encuentra en comodato en la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia, organizadora de la actividad.
Al abrir homenajes, el investigador Alberto Híjar expresó su agrado por que la vivienda de Zalce en Morelia, donde pasó sus últimos años, se ha recuperado como casa-taller, en vez de utilizarse de oficinas. Para Híjar, la vocación de maestro de Zalce hizo que al mudarse a Morelia, aparte de fundar allí la Escuela de Artes, aunada a una en Uruapan, convirtiera su casa en taller “con esa característica de incorporar al trabajo el juego y esparcimiento de quienes allí laboran, es parte del sueño comunista de recuperar lo placentero al trabajo”. Asimismo, hizo votos para que la casa-taller “vuelva a funcionar con el horno de cerámica, el tapiz y la escultura”.
Beatriz Zalce, hija del homenajeado y moderadora de la sesión, agradeció a Híjar porque “una de las tantas batallas que has dado, Alberto, fue justamente para que ésta volviera a ser una casa donde es-tuviera el espíritu del arte”.
Híjar lamentó, por otro lado, la situación de los murales de Zalce, algunos destruidos. Recordó La industria y el comercio en México (1962), realizado en el vestíbulo del de la Secretaría de Industria y Comercio, edificio colapsado en los terremotos de 1985. “Lograron quitar los tableros uno a uno. Cuando fui a verlos el responsable del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes me señaló una torre de seis metros de tableros y me dijo: ‘mira, allí están los de Zalce. Los que saquemos van a la exposición’”.
Se refería a Zalce total, título de una magna retrospectiva que Híjar curó en 1995: “El problema fue el nombre, que se me ocurrió y me sonó bien. Lo eché a andar, quizá sin conversarlo con el maestro, y le disgustó. En efecto era imposible presentar toda la obra. Me refería a la necesidad de mostrar la variada y compleja obra de Zalce, con técnicas muy distintas unas de otras, con descubrimientos con técnicas mixtas, con incursión en el diseño, en oficios como el tapiz y la cerámica”.
La “molestia” creció cuando Zalce supo que se pretendían incluir collares, prendedores y aretes diseñados por él. Dijo: “también hago pan por si quiere mostrarlo”. Según Híjar, “esto costó mi relación con Zalce, lo cual me ha dolido toda la vida.
“Zalce es un productor plástico excepcional, no sólo experimentó todas las técnicas posibles al alcance de escuelas y maestros, sino creó soluciones técnicas de acuerdo con las circunstancias en que se iba a hacer la obra, los lugares y los problemas que tenía que enfrentar.”
Para conmemorar el 18 aniversario luctuoso del artista, el 19 de enero, la Secretaría de Cultura de Michoacán realizará un conversatorio y habrá una ofrenda floral.