París. La astrología regresa con fuerza en Francia de la mano de los millennials, sobre todo entre las mujeres, para las que el horóscopo se ha vuelto una brújula en un mundo cada vez más incierto.
Para Mathilde Rochez, se trata de un ritual matutino: mientras se lava los dientes, echa “un vistazo rápido” a su horóscopo en su teléfono.
“Me cuesta admitirlo, pero sí, no puedo saltármelo. Es como tomarme el café. Sobre todo durante este periodo...”, explicó esta mujer, de 29 años, responsable en una entidad financiera.
Como Rochez, cuatro de cada 10 franceses creen en la astrología, según una investigación del Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), publicada en diciembre. Entre los 18 y 24 años, casi 70 por ciento cree en las paraciencias, incluida la astrología.
Esta tendencia se da sobre todo entre las mujeres y se reproduce en otros países, como en Estados Unidos, donde 30 por ciento cree en la astrología, según un sondeo del Pew Research Center publicado en 2018.
Los motivos son varios: desconfianza hacia las instituciones, rechazo de las religiones, búsqueda de un contexto que les dé seguridad y les ayude a entender el mundo, señaló Louise Jussian, a cargo del estudio del IFOP.
“Se trata de una generación mucho más estresada que la anterior. Siente ansiedad por la incertidumbre actual, su futuro, lo que lleva a algunos a buscar otros instrumentos para pensar en otras cosas y salir adelante”, afirmó la socióloga Romy Sauvayre.
“Compro revistas sólo para leer mi horóscopo, me he descargado todas las aplicaciones posibles... me encanta”, contó Camille, profesora de inglés de 31 años.
“Nos da esperanzas...”
“¿Si creo en ello? No, pero me permite salir de la realidad actual, que es una pesadilla. Nos da esperanzas al señalar que todo se arreglará, que hallaremos a la pareja adecuada. ¿Qué hay de malo en ello?”
Sophia Maktouche, analista financiera, aseguró que mirar el horóscopo le “sienta bien”, y “las previsiones no son descabelladas. Siempre me informó lo que indica para los signos de mis colegas y esto me ayuda a entenderlos mejor”.
La transformación de la astrología en un fenómeno cultural se explica sobre todo en que “ya no estamos frente a una vidente con una bola de cristal, sino en un producto bien vendido y perfeccionado”, según Sauvayre.
Un claro ejemplo es Co-Star, que ofrece a sus 1.6 millones de abonados en Instagram previsiones basadas en imágenes de la NASA.
“Los mapas empleados son factuales, puesto que están basados en observaciones del cielo, aunque en sí no revelen nada. Las interpretaciones (...) son pura invención”, afirmó el astrofísico Philippe Zarka.
La astrología también se convirtió en un nuevo objeto de marketing de las firmas de lujo, que estampan los signos zodiacales en sus productos, ya sea ropa, maquillaje o decoración interior.
¿Existe un riesgo de que estos jóvenes se alejen cada vez más de la realidad? Varios estudios apuntan a un vínculo entre las paraciencias y el complotismo. “Se trata de los mismos mecanismos de creencia”, advierte Sauvayre.