Moscú. En abierto desafío al presidente Vladimir Putin, a quien responsabilizó de ordenar su fallido intento de asesinato, el líder opositor Aleksei Navalny, tras concluir en Alemania el periodo de rehabilitación por el envenenamiento que sufrió durante un viaje a Siberia en agosto anterior, informó este miércoles que tiene la intención de regresar a Rusia el domingo siguiente.
“La cuestión de regresar o no nunca ha existido para mí. Simplemente porque jamás me fui. Llegué a Alemania en una ambulancia de reanimación. Trataron de asesinarme. Sobreviví. Y ahora Putin, que dio la orden de matarme, exige a sus sirvientes hacer todo para que yo no vuelva. Acabo de comprar mi boleto en la compañía de bajo costo Pobeda (Triunfo) y voy a regresar el domingo 17. Vayan a buscarme”, afirmó el enemigo irreconciliable del Kremlin en un video difundido a través de las redes sociales.
Navalny hizo el sorprendente anuncio un día después de que una corte de Moscú recibió la solicitud del FSIN –siglas en ruso del servicio federal de cumplimiento de las condenas– de suspender la libertad condicional que pesaba sobre él, como cómplice de una supuesta estafa que llevó a su hermano a la cárcel, y de cambiarla por prisión efectiva “por cuanto no se presentó a firmar en la inspección de Moscú”, lo que equivale, según el FSIN, a “un intento de fuga”.
#Navalni volverá a Rusia el próximo domingo
— DW Español (@dw_espanol) January 13, 2021
El líder opositor ruso se encuentra desde agosto en Berlín tras sufrir un envenenamiento en su país natal, según los análisis realizados en Alemania. Moscú niega responsabilidad alguna en el ataque.#DWNoticias /eal pic.twitter.com/PkrJajRCIA
El 30 de diciembre anterior venció el periodo de prueba para Navalny en esta causa y dos días antes el FSIN le dio 24 horas para acudir al trámite de la firma, lo que no ocurrió por encontrarse en Alemania. La solicitud de anular la libertad condicional del opositor, presentada dos semanas después, se interpretó como la enésima advertencia para que no vuelva a Rusia, igual que la difusión, desde que sufrió el envenenamiento, de noticias sobre los varios procesos penales y administrativos que tiene abiertos en su contra y que podrían traducirse en varios años entre rejas.
El más reciente, al no poder demostrar que el abogado y bloguero recibe financiamiento desde el exterior, el pasado 30 de diciembre el Comité de Instrucción de Rusia le imputa haberse apropiado “junto con otras personas” para “fines contrarios a los declarados y gastos personales, incluidos viajes de vacaciones al extranjero” del equivalente a 98 millones de pesos de los 158 millones de pesos donados por ciudadanos rusos al Fondo de Lucha contra la Corrupción y otras iniciativas vinculadas a Navalny.
En el mismo tenor de las advertencias, si regresa Navalny, tendrá que hacer frente a las demandas millonarias –a la fecha, puesto en pesos ascienden a 20 millones, y aún faltan seis reclamaciones más– que presentó en su contra y de miembros de su equipo Yevgueni Prigozhin, un controvertido empresario de San Petersburgo que se comenta es muy cercano a Putin, para “resarcir los daños a su dignidad, honor y reputación”.