En el peor año para la economía mundial los mercados financieros pasaron por sus mejores momentos en materia de rendimientos. Las bolsas de valores, las criptomonedas, las empresas de tecnología, los estímulos de los gobiernos de países desarrollados generaron una euforia artificial en los mercados durante 2020.
La Bolsa Mexicana de Valores, por ejemplo, superó los 46 mil puntos, su mejor nivel desde noviembre de 2018 y un proceso semejante vivieron las bolsas en Estados Unidos, el bitcoin superó los 40 mil dólares, las empresas de tecnología de la información viven un auge nunca visto y otros sectores tradicionales también viven momentos de esplendor en los mercados financieros.
Destaca Tesla por su rendimiento en 2020, periodo en el que alcanzó un nivel de capitalización superior a los 800 mil millones de dólares, que es equivalente a dos terceras partes de todo lo que produce México en un año.
Pero la pregunta es si esta euforia en los mercados es racional frente a la pandemia más complicada que se ha vivido a lo largo de un siglo.
Los optimistas piensan que sí es racional el rendimiento, debido a que hay una gran liquidez en los mercados, a que ya se están aplicando las vacunas contra el Covid, a que hay sectores específicos que no han dejado de crecer y a que se supone que en el corto plazo las economías de países avanzados y de China retomarán un crecimiento sostenido en su producción y en su consumo.
Sin embargo, no está del todo claro que la pandemia se pueda controlar a lo largo de los próximos meses, como lo demuestra el agresivo confinamiento en Europa y el aumento de los contagios y muertos no sólo en el viejo continente, sino en el resto del mundo. Tampoco queda claro cómo se recuperarán las empresas y el empleo tan golpeados por el cierre de la economía global.
En los hechos, todavía no termina el ciclo recesivo en el mundo y la recuperación económica tardará al menos dos años más, tan sólo para situarse al nivel anterior a la crisis. Por esta situación, la especulación irracional en los mercados financieros se mantendrá durante 2021, con grandes pérdidas económicas y una nueva oleada de quiebras a nivel global.