Legionarios de Cristo llegó a 80 años de fundación, el 3 de enero, sin atender las exigencias de justicia de víctimas de abuso sexual cometido por sus integrantes, como sucede con el caso del ex sacerdote Fernando Martínez, quien violentó a por lo menos ocho menores a principios de la década de los 90.
Biani López, víctima de Martínez, señaló que en este caso el ex cura sigue en Roma recibiendo tratamiento siquiátrico, pero sin que enfrente a la justicia civil, además de que a la fecha la agrupación religiosa no ha actuado en contra de los encubridores del agresor.
En entrevista, expuso que también la congregación debe reconocer “su culpabilidad como institución, porque no es un problema sólo de Fernando Martínez, es institucional, de encubrimiento y de cómo está engranado todo el sistema para que esto se siga perpetrando y protegiendo”.
En diciembre de 2019, la agrupación reconoció que de 1941 a esa fecha tenía documentados 175 casos de menores de edad que habían sido víctimas de abusos sexuales cometidos por un total de 33 sacerdotes legionarios y más de 60 infantes fueron afectados por el mismo fundador, Marcial Maciel.
Deben enfrentar la verdad
Al respecto, Biani consideró que puede haber un subregistro, “porque no ha habido una auditoría de los documentos de los legionarios, son ellos mismos diciendo lo mínimo indispensable”.
Sobre la investigación que está realizando el Tribunal Arquidiocesano de México en relación con la posible negligencia de Legionarios de Cristo en el caso de Fernando Martínez, expuso que hasta el momento no ha sido contactada para presentar su testimonio. Indicó que entre los encubridores de los abusos están los curas Eloy Bedia y Luis Garza Medina, así como el obispo emérito de la prelatura de Cancún-Chetumal, Jorge Bernal.
Julián Cruzalta, fundador de Católicas por el Derecho a Decidir, expuso que en Legionarios de Cristo la pederastia es fruto de “un clericalismo y una misoginia muy fuerte que no se puede atribuir sólo a su fundador, Marcial Maciel. Él ya es difunto desde hace muchos años y esto continúa, no quieren enfrentar la verdad, el daño que han hecho”.
Ignacio Cuevas, del Observatorio Eclesial, afirmó que lo que llevó a esta congregación a la situación que vive “fue el voto extra que pedían a sus miembros de no hacer una crítica ni denunciar a los superiores y eso hizo que fuera totalmente opaco y permitió que los abusos que se cometieron, empezando por los de su fundador, se mantuvieran”.