Ante la inestabilidad política que enfrenta Estados Unidos, México tiene posibilidades de “tomar ventaja” al inicio de las relaciones con el nuevo gobierno estadunidense y negociar condiciones más favorables en varios puntos, en particular, en migración, aseveró Guadalupe Correa-Cabrera, catedrática de asuntos sobre la relación fronteriza de ambos países en la Universidad George Mason.
Enfatizó que las decisiones del presidente Andrés Manuel López Obrador –como prorrogar la felicitación al mandatario electo Joe Biden, ofrecer asilo político a Julian Assange o limitar la presencia de agentes extranjeros en territorio mexicano– “llevan un mensaje de fondo para decir que México no estará a la plena disposición de Estados Unidos”.
La polarización en aquel país y los conflictos poselectorales provocados por el aún presidente Donald Trump generarán que el gobierno de Biden inicie debilitado y con la prioridad en resolver la crisis interna, un elemento en favor de México para buscar mayor equidad y respeto a su soberanía en el marco de la relación.
“López Obrador llega mucho más fuerte que Biden y sabe que México es un factor clave para la estabilidad en Estados Unidos.”
La académica de la casa de estudios estadunidense apuntó que, contrario a lo que muchos piensan, los disturbios en el Capitolio no son el fin del magnate. “Trump representa a millones en un movimiento de insatisfacción con un modelo político y económico que no les ha ayudado. Si los demócratas no entienden las causas de la raíz del trumpismo, no podrán gobernar los siguientes cuatro años”.
Leticia Calderón, experta en la relación bilateral del Instituto Mora, afirmó que hoy Estados Unidos vive la peor crisis política interna desde la guerra civil del siglo XIX.
Coincidió que la figura de Trump engloba el sentimiento de un gran sector de la sociedad estadunidense, aunque estimó que el apoyo que aún pueda concitar no le será suficiente y los sucesos violentos de la semana pasada “serán un golpe político del que no se parará”.
En esto también será beneficiado nuestro país. “El discurso de odio que por años creó Trump contra un imaginario llamado México y los mexicanos se le revertirá”.
Refirió que la posición del presidente López Obrador de no pronunciarse sobre los hechos del Capitolio fue moderada, aunque pudo haber hecho votos por el respeto a las instituciones democráticas.
Luis Pérez de Acha, experto en derecho constitucional, indicó que pese a la violencia, prevaleció la fuerza de las instituciones en Estados Unidos. “Se impusieron a un presidente muy poderoso, desbocado, que pretendía justificar actuaciones que se salieron de la legalidad y que ahora está completamente anulado”.