Ciudad de México. La población que tiene menores recursos y es más vulnerable tendrán un futuro mejor en caso que México adopte una política que tenga como fin reducir las emisiones de gases e hidrocarburos para el año 2030, afirmó el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el organismo, una política de este tipo contribuirá sustancialmente a abordar la crisis climática y promueve la creación de empleos, desarrollo económico y la inclusión social en este tipo de proyectos.
“Los importantes avances tecnológicos de los últimos tiempos y la creciente evidencia sobre las oportunidades económicas y sociales que brinda la transición a una economía baja en carbono deben reflejarse en objetivos de reducción de emisiones más ambiciosos”, refirió en un comunicado.
De acuerdo con el WRI, la trayectoria de emisiones que México presentó en su nueva Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés), y que fue publicada por la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático el pasado 30 de diciembre, no conduce a una trayectoria de emisiones alineada con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.
Recordó que hace dos años, la administración que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ratificó que prepararía y presentaría una NDC mejorada en 2020.
Si bien hay nuevas líneas de acción incluidas en esta NDC actualizada, especialmente respecto al componente de adaptación, en el que se ratifica la vulnerabilidad de México a los impactos climáticos y el vínculo entre la adaptación y la igualdad social, la aprobación de los mismos objetivos de 2015 (reducir el 22 por ciento de emisiones GEI y el 51 por ciento de emisiones de carbono negro por debajo de una línea base tendencial para 2030) es contraria al principio de progresividad del Acuerdo de París.
“Con esto se pretende alcanzar una mayor ambición, y no establece el camino para abordar la emergencia climática en esta década”, expuso.
Así, refirió, el nivel de compromiso en el abatimiento de emisiones de México está por debajo de países como Perú, Colombia, Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay.
"Una Contribución Nacionalmente Determinada fortalecida podría proporcionar oportunidades inmediatas para impulsar el empleo y crecimiento, una acción crucial en el actual contexto de contracción económica que se estima del 8.6 por ciento del PIB”, argumentó.
El WRI precisó que las energías eólicas y las solares fotovoltaicas distribuidas y de gran escala generan más empleos directos. Además, dijo, en la última década, el precio de la tecnología fotovoltaica en México ha caído 90 por ciento, y alcanzó en 2019 récords internacionales de hasta 20.57 dólares por megawatt, casi la mitad del costo de generación de energía de las plantas de gas de ciclo combinado, y el 37 por ciento que el de las plantas de carbón.
Según el organismo, con la modernización del sector del transporte podría reducir las emisiones del sector en un 86 por ciento y hasta 75 mil muertes evitadas por exposición a emisiones contaminantes.
“Hay evidencia de que el gasto en transporte público genera hasta 30 por ciento más empleos por dólar gastado que el destinado a nuevas carreteras… México tiene la oportunidad de revisar su NDC en 2021 y unirse a muchos otros países cuyos compromisos climáticos permitirían crear un futuro más seguro, próspero, inclusivo y resiliente”, agregó el WRI.