El 4 de enero pasado, encabezados de versiones digitales de diversos medios del mundo daban cuenta de la muerte del guitarrista finés Alexi Laiho, conocido por su pericia y velocidad en las cinco cuerdas, gran héroe generacional del Death Metal Melódico.
A sus 41 años, líder de Children of Bodom de 1997 a 2019, dejó este mundo para viajar al Tuonela (tierra de los muertos en la mitología finesa). Con ello legó una importante herencia en grabaciones como su disco debut Something Wild (1997), el melódico Hatebreeder (1999) o el poderoso Are You Dead Yet? (2005).
Muchos lectores no tenían idea de quién fue Laiho sino hasta su fallecimiento, pues era un músico dedicado a un subgénero del heavy metal que si bien es uno de los más “digeribles” de su espectro sonoro, no es muy comercial, y su escena es más subterránea, además de que no desarrolló su carrera en los grandes centros de la industria musical, como Reino Unido o Estados Unidos.
La triste noticia nos hace pensar que, más allá del género, los medios y la industria están reconociendo el talento de músicos con buena calidad, pues en el caso de Alexi no sólo es la velocidad y precisión al tocar lo que lo llevó en varias ocasiones a protagonizar las portadas de las revistas Young Guitar y Guitar World, al lado de héroes del instrumento, como Steve Vai y Zakk Wylde. La segunda publicación lo clasificó como uno de los 50 guitarristas más rápidos del mundo.
No sólo velocidad y agresividad lo caracterizaban; la sensibilidad también era parte de su ejecución. Baste ver en YouTube su interpretación de La tormenta, tercer movimiento del concierto Verano de Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, pieza incluida en su caja de dos dvd In Your Face Guitar, en la que comparte su técnica.
Espíritu rebelde
El vigor y carisma que lo caracterizaban lo impregnaron de un sentido más vivo y un tanto divertido a un subgénero oscuro y denso como el death metal. Su espíritu rebelde, que lo llevó a ser conocido como Wild Child, en referencia a una canción de los excéntricos WASP, luchó con la depresión y sus intentos de suicidio, contra los demonios del alcohol y las drogas; incluso se comenta que llevó a cabo una gira norteamericana con una hemorragia interna que hizo vomitar sangre detrás del escenario.
Pese a que Children Of Bodom no fue una banda tan mediática o de las preferidas por los sellos donde grabaron, no eran de los que vendían millones de discos o les daban un éxito comercial (salvo en su país, Finlandia), la huella dejada por Alexi Laiho en la escena metalera mundial es muy grande. Músicos como Steve Vai han declarado que, con su banda, Laiho fue parte de un poderoso movimiento que marcó el comienzo de un metal intenso, de alto octanaje, en su forma más brutal y hermosa.
El vocalista de los alemanes Kreator, Mille Petrozza, lo llamó “la persona más humilde y dulce”. Tobias Sammet, líder los germanos Edguy, lo calificó de “persona encantadora”, mientras Matt Heafy, cabeza de los estadunidenses Trivium, lo reconoció como héroe de la música.
Laiho, quien murió en su casa en Helsinki, arrastraba problemas de salud (algunos aseguran que eran resultado de excesos de droga y el alcohol), aunque a la fecha no se sabe con exactitud el motivo de su deceso, pues en 2020 había formado el proyecto Bodom After Midnight, en el que grabó tres canciones y filmó un video, los cuales serán publicados más adelante.
Lo que sí parece es que la atención mediática hacia el heavy metal está cambiando. Otra cosa que hace pensar la triste noticia es que, a principio de año hay muy pocos hechos por cubrir. Ojalá esto no haya sido el motivo por el que los principales medios informativos en el mundo hayan volteado a ver a esta música que muchos amamos.