Roma. Matteo Salvini, el líder del partido italiano de extrema derecha de la Liga, compareció ayer ante un juez en Palermo por un nuevo caso de migrantes varados en el mar en 2019, cuando era ministro del Interior.
El ex ministro es sospechoso de secuestro de personas y de abuso de poder por haber prohibido el desembarco de un centenar de migrantes rescatados en el mar por el buque Open Arms, en agosto de 2019, y negarse durante días a conceder un puerto seguro al barco de la ONG española, que fondeaba frente a la pequeña isla de Lampedusa, mientras empeoraban las condiciones a bordo.
Después de la primera audiencia preliminar a puerta cerrada, el juez aplazó hasta el 20 de marzo la continuación del procedimiento, que debe determinar si Salvini debe ser llevado ante la justicia o deben retirarse los cargos. “Estoy absolutamente sereno y orgulloso de lo que he hecho”, dijo Salvini a la prensa al final de la audiencia. “Lo único que lamento es el costo de estos juicios para los contribuyentes italianos y el tiempo que estoy haciendo perder a los magistrados”, agregó.
Por su parte, Open Arms hizo hincapié en que “el acusado hoy no es sólo Salvini, sino los gobiernos italiano y europeo que siguen violando la Convención de Hamburgo sobre la obligación de socorro en el mar y la Convención de Ginebra sobre la prohibición de rechazar refugiados”.
Matteo Salvini ya ha sido puesto en el banquillo por haber bloqueado en el mar a un centenar de migrantes rescatados por el buque Gregoretti de la guardia costera italiana, también durante el verano boreal de 2019.
Sin embargo, la fiscalía siciliana de Catania solicitó que se desestimen los cargos en este caso.