Más tardó la siempre chantajista y chillona cúpula empresarial en “comprometerse” a “iniciar de inmediato la regularización del outsourcing” que en pasarse por el arco del triunfo el “acuerdo” que en dicho sentido firmó con el gobierno federal el pasado 9 de diciembre en Palacio Nacional, un “pacto” que “aplazó”, a capricho de los patrones, el análisis y eventual aprobación de la iniciativa presidencial en contra de la subcontratación. Era previsible su incumplimiento, desde luego, porque cree que es su “derecho” precarizar el empleo y despedir al personal sin ton ni son para incrementar sus utilidades y evadir la ley.
Tras el referido “acuerdo”, sólo había que esperar la estadística del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en materia de empleo formal para corroborar el alcance real del “compromiso” de la cúpula empresarial, un “pacto” que en primera instancia buscaba evitar la cancelación masiva (una práctica patronal de muchos años, con el fin de evadir el pago de aguinaldo y al fisco) de puestos de trabajo durante diciembre y evitar el desarrollo de “prácticas perjudiciales para los trabajadores”.
Aunque falta el detalle, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que en diciembre de 2020 (es decir, en el mes en el que, de entrada, la cúpula empresarial se “comprometió” a erradicar las citadas prácticas) se cancelaron 277 mil puestos de trabajo en la economía formal, y tal pérdida es atribuible no a los efectos de la pandemia, sino al “famoso outsourcing” (AMLO dixit) utilizado por los patrones para evadir el pago de impuestos y las prestaciones de ley, lo que confirma, por si a estas alturas alguien todavía tiene dudas, que no es mediante “exhortos”, “invitaciones”, “acuerdos”, “compromisos” y demás recursos retóricos como se evitarán prácticas tan deleznables como la subcontratación.
En la primera mañanera de 2021 (4 de enero), el mandatario explicó que de aproximadamente un millón de plazas formales perdidas en la pandemia “ya se habían recuperado 600 mil, pero en diciembre –tan bien que íbamos– a causa del famoso outsourcing, utilizado para evadir el pago de impuestos y prestaciones, se despide a trabajadores y se cancelaron 277 mil plazas. Por tanto, haciendo el balance, ya se recuperaron 350 mil, y el objetivo es volver a tener 650 mil empleos en el primer trimestre del año en curso. Tenemos elementos para poder afirmar que en ese periodo va a crecer la economía y recuperaremos los empleos que se perdieron” ( La Jornada, Fabiola Martínez).
Si se revisan años anteriores (siempre de acuerdo con la estadística del IMSS y en números cerrados) se tiene que en diciembre de 2018 se “perdieron” 378 mil plazas formales; en igual mes, pero de 2019, 382 mil, y 277 mil en el cierre de 2020. Esa misma estadística permite conocer que la “recuperación” de esos puestos de trabajo lleva hasta un semestre, es decir, poco a poco los patrones recontratan al mismo personal que echaron en el último mes de cada año, para hacer lo propio en el siguiente diciembre.
Con base en esas cifras, se puede concluir que, si bien va, sólo dos de cada 10 patrones cumplieron con el “compromiso” del pasado 9 de diciembre y no despidieron personal en el último mes de 2020. Ese sería el alcance real del “acuerdo”.
Lo que sí logró la cúpula empresarial es seguir posponiendo el análisis, discusión y eventual aprobación de las iniciativas de ley en materia de outsourcing (la primera de ellas de diciembre de 2019, bajo la firma del senador Napoleón Gómez Urrutia), porque su única finalidad es que todas terminan en la congeladora del Legislativo, y para ello le sobran repre$entante$, como Ricardo Monreal comprenderá. Entonces, si el gobierno federal mantiene su estrategia “conciliadora”, es de esperar que en el próximo cierre de año se mantenga el despido de personal, porque no es por medio de “exhortos” que se modificarán esas prácticas depredadoras.
Las rebanadas del pastel
Es un hecho que el imperio se resquebraja, pero, ¿qué esperaban del neofascista Donald Trump y de la turba que lo acompañó a lo largo de su mandato? ¿Caricias?