La música tiene en puerta varias efemérides, entre las cuales la ópera y el tango comparten escena en las conmemoraciones de 2021, pues este 11 de marzo se cumple el centenario natal de Astor Piazzola, el revolucionario del tango, y el 21 de octubre se celebran 100 años del nacimiento del compositor Malcolm Arnold, mientras se recuerda a Camille Saint-Sans a un siglo de su fallecimiento, el 16 de diciembre, y media centuria del deceso de Igor Stravinsky, el 6 de abril.
En el bel canto vendrán a la memoria los tenores Enrico Caruso y Mario Lanza, el primero por su centenario luctuoso y el segundo por 100 años de su nacimiento. Asimismo, se cumplen 180 años del nacimiento de Dvorak y 140 de Bela Bartok, así como 280 años de la muerte de Vivaldi, 120 de Verdi y 110 de Mahler.
Astor Piazzolla (1921-1992)
En la costa argentina, en Mar del Plata, nació Piazzolla, el 11 de marzo de 1921. Los ortodoxos del tango criticaron ferozmente al compositor y bandoneonista cuando comenzó a innovar en este ritmo, influenciado por su formación académica en Nueva York y París, así como por el jazz. Llegó a tocar en orquesta con el gran Gardel, aunque finalmente claudicó en sus intenciones de ser compositor orquestal para dedicarse el tango, música popular de cuerpos enlazados.
Con Balada para un loco llegó la popularidad y el éxito para Piazzolla. Su “música contemporánea de Buenos Aires” es notable en el mundo. Después de décadas de incansable trabajo fue reivindicado, pudo gozar de fama y reconocimiento, antes de morir, a los 71 años, en 1992. Actualmente, es considerado uno de los músicos argentinos más grandes.
Malcolm Arnold (1921-2006)
Compositor destacado de la historia de la música británica, Arnold incursionó en la música orquestal y la creación de bandas sonoras para cine; colaboró para más de 100 filmes y ganó un Óscar en 1957 por El puente sobre el río Kwai. Comenzó su carrera de notorio trompetista en las orquestas Filarmónica de Londres y de la BBC, aunque en 1948 abandonó la interpretación para dedicarse por completo a la composición.
A contracorriente con la época, se alejó del estilo en boga en la música clásica y regresó a uno melódico tonal, por lo cual fue criticado. Se enfrentó a fuertes crisis mentales y de salud para lograr una extensa obra, en la que destacan nueve sinfonías. Fue a final del siglo XX que alcanzó reconocimiento. Murió pocos días antes de cumplir 85 años y de la realización del primer Festival Arnold, en su honor, en el poblado inglés de Northampton.
Camille Saint-Saëns (1835-1921)
El carnaval de los animales es una de las obras infaltables en el programa dedicado al público infantil. Su compositor, el francés Camille Saint-Saëns, será recordado este 2021 en el centenario de su muerte. Niño prodigio del piano y la composición, comenzó a tocar desde los tres años y escribió su primera pieza casi a los cinco.
Fue un curioso del conocimiento, interesado en astronomía, acústica, botánica y entomología. Impresionó a Liszt, Wagner y Prust. Transitó del estilo romántico hasta las innovaciones del siglo XX. Su obra es prolífica, elegante y precisa. Una de sus piezas más conocidas es la ópera Sansón y Dalila.
Igor Stravinsky (1882-1971)
Cuando se estrenó la Consagración de la primavera, en 1913, causó conmoción entre el público. Se dice que algunos asistentes abandonaron la sala ante la molestia que les causó el trabajo de disonancia polifónica escrita por el músico ruso, quien, a medio siglo de su muerte, es uno de los compositores, directores de orquesta y pianistas más relevantes en la historia de la música, además de que transformó el mundo del ballet.
Fue alumno de Rimski-Kórsakov, y entre sus primeros encargos se cuenta la música de El pájaro de fuego, para Serguéi Diáguilev, fundador de la compañía Ballet Rusos. Stravisnky atravesó tiempos de transformación al experimentar con diversos estilos (su obra se clasifica en tres periodos: ruso, neoclásico y dodecafónico) y con una geografía nómada, de Rusia a Francia, Suiza y Estados Unidos, donde murió a los 88, en Nueva York.
Enrico Caruso (1873-1921)
El más aclamado de los cantantes, pionero de las grabaciones que alcanzó popularidad sin precedente, son algunas de los calificativos con que describen al tenor italiano Enrico Caruso, quien falleció hace un siglo. Comenzó a cantar en el barrio, en Napolés, y tomó clases en el coro de la iglesia cuando no trabajaba de mecánico. Durante su carrera conquistó los mejores teatros: La Scala, Covent Garden, el Colón, San Carlo, pero el santuario para su poderosa voz fue la Met de Nueva York. Murió a los 48 años.
Mario Lanza (1921-1959)
Una gran voz se apagaba, cuando nacía otra: Mario Lanza, tenor y actor estadunidense. Protagonizó, en 1951, El gran Caruso. Fue en la cinematografía donde más destacó, actividad que intercaló con sus presentaciones en escenarios y grabaciones musicales. Fue inspiración para otra generación de voces, como Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras.
Josquin des Prés (1450-1521)
El compositor del Renacimiento murió hace 500 años. Figura preponderante de la escuela flamenca, fue maestro de la polifonía. Como hombre de su tiempo escribió música sacra y se ganó la reputación de ser uno de los grandes compositores de su era. Aunque su vida personal quedó poco documentada, la admiración por su música ha crecido en la época actual.
Marcel Dupré (1886-1971)
Este 2021 se cumplirá el 50 aniversario luctuoso del organista, pianista y compositor francés Marcel Dupré. En su ciudad natal, Ruan, una gran iglesia gótica causa admiración no sólo por su arquitectura, sino por su enorme órgano; a los 12 años, Dupré ya era titular del instrumento monumental. Además de su dedicación a la composición y de destacar por su virtuosismo en el órgano, fue profesor en el Conservatorio de París; su influencia en la enseñanza continúa hoy día. Con gran habilidad para la improvisación, compuso una sustanciosa cantidad de obras al tiempo que viajó ofreciendo recitales.