Ni la pausa de meses ni la imposibilidad de público en las arenas ni el impacto financiero, el verdadero golpe al boxeo fue el cierre de los gimnasios. El diagnóstico lo hace el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mauricio Sulaimán, tras un 2020 que arrolló a la humanidad con la pandemia de Covid-19.
Desde luego que hay impactos de gran escala que lesionaron al boxeo, concede el directivo, como la crisis económica que aqueja todas las actividades humanas. También las restricciones para llenar arenas, pero Sulaimán considera que nada afectó a los boxeadores como el cierre de esos lugares donde día a día se trabaja, esos sitios a los que acude tanto el novato ilusionado como el profesional que defiende un campeonato.
“El momento más difícil que enfrenta el boxeo es el cierre de gimnasios, porque ahí es donde nace todo”, afirma Sulaimán; “las grandes figuras no tienen problema, porque sus casas poseen lugares acondicionados para entrenar, pero el peleador común padece el cierre de esos espacios de trabajo, donde día a día acude a prepararse”.
Sobre todo afecta a los peleadores que empiezan sus carreras, apunta. En esos establecimientos donde se congregan a entrenar, los novatos se sacrifican en busca de una oportunidad. Con los espacios cerrados, no tienen alternativas.
Sulaimán advierte que el cierre también tiene un impacto en los peleadores consagrados, porque hace difícil conseguir boxeadores para hacer espárring. Las restricciones sanitarias por la pandemia han complicado el necesario trabajo disciplinado del que se nutre el boxeo.
“Ha sido difícil sobreponerse a esa restricción”, reconoce Sulaimán; “en 2021 esperamos un escenario mejor para todos. Es inevitable después de lo que enfrentamos. Hemos demostrado que somos capaces de salir adelante aun en condiciones difíciles, y el cierre de 2020 en el boxeo fue un ejemplo con la función que ofreció Canelo Álvarez”.
Sulaimán anticipa un 2021 con grandes peleas muy esperadas y que no pudieron hacerse el año pasado. También advierte el surgimiento de figuras con gran futuro como Ryan García, quien recién se coronó como monarca interino en peso ligero por el CMB.
“Ryan demostró que es una realidad y no un invento”, afirma; “se había criticado a sus rivales, pero ante Luke Campbell, un peleador probado, logró levantarse de una caída y culminar de forma contundente. Este año será clave para su consolidación”.
Un combate postergado y con buenos augurios será entre los mexicanos Miguel Berchelt, campeón mundial superpluma del CMB, y Óscar Valdez, ex monarca en pluma que busca un cinturón en otra categoría.
Ayer fue confirmado este pleito y será el sábado 20 de febrero en Las Vegas. Un combate que para sus organizadores será heredera de peleas históricas como las de Lupe Pintor-Carlos Zárate, Rubén Olivares-Chucho Castillo y Erik Morales-Marco Antonio Barrera.