Nueva York. Diez ex secretarios de Defensa alertan contra el uso de las fuerzas armadas en la disputa electoral del comandante en jefe, estallaron denuncias por la grabación del intento del presidente de subvertir el voto en Georgia como un intento de promover fraude electoral, más de 150 legisladores están preparados para suprimir la voluntad popular y fuerzas ultraderechistas amenazan con violencia en las calles de la capital, pero más allá de eso, todo está bien en el faro de la democracia.
El nivel de alarma por las maniobras de Donald Trump y sus aliados para mantenerse en el poder ha llegado a niveles sin precedente. Los 10 ex secretarios de Defensa vivos publicaron un artículo de opinión conjunto en el Washington Post afirmando que “la hora para cuestionar los resultados ha pasado” y ante amenazas anteriores del presidente y de algunos de sus allegados de contemplar algún tipo de golpe o imposición de ley marcial, advirtieron que “esfuerzos para involucrar a las fuerzas armadas en resolver disputas electorales nos llevaría a territorio peligroso, ilegal e inconstitucional”.
Por otra parte, casi 200 líderes empresariales nacionales instaron al Congreso en una carta a certificar los resultados electorales que otorgaron el triunfo al demócrata Joe Biden, y advirtieron que hacer lo contrario o demorar el proceso “es contrario a los principios esenciales de nuestra democracia”, afirmando que la elección presidencial ha sido determinada. Entre los firmantes están los ejecutivos en jefe de Goldman Sachs, BlackRock, American Express y otros de varios sectores económicos.
Y las maniobras de Trump no sólo son domésticas y algunos analistas temen que esté preparando una guerra contra Irán en los próximos días. Daniel Ellsberg, el famoso filtrador de los Papeles del Pentágono, dijo ayer que sospecha que “hay un esfuerzo ultrasecreto para provocar una guerra contra Irán”, y solicitó a altos oficiales filtrar la posible existencia de este tipo de planes. “Háganlo ahora”, exhortó.
En las próximas 24 horas la atención política se centra en Georgia, donde este martes se determinará cuál partido asumirá el control mayoritario del Senado federal, y por lo tanto se ha vuelto una de las contiendas legislativas más caras de la historia. En juego están dos escaños en el Senado federal en una elección de segunda vuelta. Para los demócratas, el triunfo de sus dos candidatos es vital para la implementación de las propuestas políticas del presidente electo, Joe Biden, y para los republicanos será clave para frenar justo eso y mantener su control de la cámara alta (la baja está en manos de los demócratas).
La importancia nacional de esa contienda obligó a que el presidente electo Biden y el presidente saliente Donald Trump visitaran Georgia en vísperas de la elección este lunes para promover el voto de sus bases.
La visita de Trump a la vez provocó tensiones, ya que está en plena guerra abierta con el liderazgo republicano de ese estado: recientemente solicitó la renuncia del gobernador republicano de la entidad por no hacer lo suficiente para revertir el voto que le dio el triunfo a Biden, pero aún más conflictiva es su presencia justo después de la explosiva revelación, el domingo, de la grabación de una llamada del presidente primero solicitando y después amenazando al secretario de Estado de Georgia a subvertir el resultado oficial. ( https://www.jornada.com.mx/2021/01/04/edito ).
Autoridades de Georgia están evaluando si presentar cargos contra el presidente por esa llamada, mientras legisladores han solicitado que la FBI abra una investigación criminal por lo que llaman evidencia clara de un intento de fraude para subvertir la elección por el presidente.
Trump, con sus ataques contra las autoridades estatales en Georgia, también ha generado preocupaciones de violencia por sus fanáticos. Autoridades locales elevarán medidas de seguridad en casillas, mientras algunas iglesias afroestadunidenses que han participado en la promoción del voto y también en ser sedes de casillas cancelaron algunas de sus actividades por amenazas de bomba y de violencia, reportó el Wall Street Journal.
La amenaza de violencia nutrida por Trump y sus aliados persiste por todo el país, con la capital en espera tensa de manifestantes, algunos prometiendo llegar armados, convocados por el presidente para un evento wild (loco o salvaje) el miércoles para acompañar una maniobra sin precedente: más de 140 diputados y una docena de senadores republicanos encabezados por el diputado Josh Hawley y el senador Ted Cruz rehusarán certificar el resultado del voto del Colegio Electoral otorgando un triunfo abrumador a Biden.
El gobierno municipal de Wa-shington ha movilizado a la Guardia Nacional y tendrá a toda su fuerza policiaca en alerta, y la alcaldesa Muriel Bowser ha exhortado a la gente a evitar estar en el centro de la ciudad tanto el martes como el miércoles.
Anoche, el líder de los llamados Proud Boys, organización ultraderechista y misógina fiel a Trump, el cubanoestadunidense Enrique Tarrio, fue arrestado por la policial municipal bajo una orden de detención por un delito menor de incendiar una manta de Black Lives Matter robada de una iglesia afroestadunidense en Washington el mes pasado, cuando él y varios de sus colegas buscaron provocar violencia en una manifestación pro-Trump. El arresto seguramente fue parte de un esfuerzo preventivo de las autoridades en preparación para el miércoles.
Tanto en Georgia como en la capital, lo más notable es la guerra detonada por Trump dentro de su propio partido, con el liderazgo republicano del Congreso, incluyendo el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, y otras figuras rechazando la maniobra para posponer la certificación del voto del Colegio Electoral por el Congreso (la cual consideran no puede prosperar) como a nivel local en el caso de Georgia y otros estados con un presidente exigiendo que políticos de su partido se subordinen a sus deseos para mantener el poder. Algunos de los políticos republicanos, como el senador Rob Portman, han denunciando que esta maniobra es nada menos que “suprimir la voluntad de los votantes”.
“¿Qué dirías si vieras esto en otro país? Estamos observando la más clara amenaza a la democracia estadunidense que el país ha enfrentado….”, comentó Ron Brownstein, editor de The Atlantic y comentarista de CNN.