Terminamos 2020 con grandes heridas abiertas. Por un lado, con 125 mil muertos por la pandemia y que sin duda aumentarán en los próximos meses y, por otro lado, con una profunda caída de la producción, de los empleos y de las empresas.
Debido a esta crítica situación, 2021 será un periodo para curar las heridas y recuperar parte de lo perdido. Una gran lección que deja esta crisis en las empresas es que hay muchas cosas por hacer para renovarse.
La mayor parte de las firmas privadas entendió que los proyectos productivos no pueden manejarse igual que en el pasado. Necesitan desechar lo que ya no sirve y que quedó al descubierto a lo largo de 2020. Todo aquello que es redundante e improductivo cambiará durante los próximos meses, por lo que la pandemia representa una oportunidad para reinventarse.
La información presentada por el Inegi a finales del año que acaba de terminar muestra que cerca de un millón de empresas quebraron. Pero las buenas noticias son que abrieron 600 mil nuevos negocios y que la pérdida total de empleos formales fue de 617 mil, un número menor al que se contempló a mediados de 2020.
Ahora el problema es que muchas de las empresas que cerraron sus puertas lo hicieron de manera apresurada e informal; es decir, sin avisar a las autoridades, sin pagar impuestos, sin liquidar adecuadamente a sus trabajadores y sin pagar sus deudas. Estas empresas, que son miles en estos momentos, tienen que enfrentar sus compromisos atrasados para que no les suceda lo que les pasó a los socios de Mexicana de Aviación, una empresa que quebró en 2014 y que desde entonces no ha logrado terminar con sus problemas.
Mexicana de Aviación todavía debe liquidar conforme a la ley a sus trabajadores, debe al fisco y a cientos de acreedores, incluyendo a sus clientes; y Gastón Azcárraga Andrade, ex presidente de la compañía, anda a salto de mata en el extranjero, con procesos abiertos en México y sin poder regresar al país por las fechorías que cometió.
Cuando una empresa no concluye adecuadamente su ciclo productivo, simplemente deja problemas al país, al grupo empresarial del que forma parte y a los trabajadores. Por ello, es importante cerrar las heridas abiertas lo más pronto posible.