A la manera del ensayo etnográfico Los hijos de Sánchez, del antropólogo Oscar Lewis, se articula medio siglo después el libro Los hijos de Gregoria: relato de una familia mexicana, que da cuenta de las complejas vicisitudes de los Rosales, narradas por los propios hijos, hijas, nietos y la madre.
Publicado por la editorial Grijalbo, y de acuerdo con los autores, el antropólogo danés Regnar Kristensen y la fotógrafa y editora mexicana Claudia Adeath, se trata de una historia en la que se relata cómo “se rifan la vida vendiendo drogas, robando tráileres o cobrando por protección”.
Es una investigación en la que se “refleja la violencia en la que sobrevive esa familia, y la devastación que han sufrido sus integrantes, pero también sus esperanzas, sueños y sincretismo religioso”.
En conversación con La Jornada, vía telefónica desde Copenhague, Dinamarca, los autores explicaron que no se trata de una ficción, sino de la historia de una familia que en la actualidad vive en uno de los barrios más duros de la Ciudad de México, y que “representa muchos de los problemas sociales, culturales y de violencia que existen en el país”.
Para dar voz a los miembros de esa familia, Kristensen y Adeath convivieron con ellos de manera intermitente de 2005 a 2013, tiempo en el que grabaron unas 500 horas de conversaciones.
Al final, seleccionaron unas 140 horas, de las que resultaron más de 3 mil 500 cuartillas, gracias a la colaboración de Youdyne Torres Sánchez, quien editó todo el material.
Desde la óptica de quienes no viven esa violenta realidad, “se suele olvidar que ellos también son padres y madres de familia, que tienen su fe y creencias, que viven en un entramado desde lo más oscuro, hasta lo más brillante”, explicó Kristensen.
“No se trata de disculpar lo que hacen. Ellos no venden lástima, no buscan compasión, ni que el lector sienta pena por ellos. Al contrario, los miembros de esa familia levantan sus voces con coraje, a veces con humor, para hablar con franqueza brutal sobre cómo se vive en el lugar que en ocasiones ellos mismos llaman el infierno.”
A los Rosales, “igual que al resto de las comunidades violentas, se les ha condenado, analizado, incluso ensalzado, pero rara vez se les ha escuchado realmente”, añadió Kristensen.
De acuerdo con el antropólogo danés, es un libro que permite reflexionar sobre la complejidad social y emocional de esa comunidad. Al lector en general, pero también a sociólogos, historiadores y sicólogos les podría interesar, dado que se trata de un trabajo testimonial y polifónico.
“Cuestiones como la inequidad de género, el ineficaz estado de derecho, la corrupción de algunas autoridades policiacas y la economía ilícita, son motivo de reflexión.”
Los hijos de Gregoria evoca el ensayo Los hijos de Sánchez más de 50 años después, “en un momento en el que la economía criminal (robo, guerra de pandillas, extorsión, drogas) alcanza un nivel mucho más alto”, escribió Claudio Lomnitz en la introducción del estudio.
El libro “evita los juicios de valor y ofrece un recuento honesto y crudo de las complejas vicisitudes de las personas que han sufrido mucho y que a su vez han causado mucho dolor”.
El libro Los hijos de Gregoria fue comentado por los autores en la cuenta de Facebook de Eventos Gandhi.