Cientos de ayudantes de los Reyes Magos abarrotaron las calles de la zona oriente del Centro Histórico en busca de los juguetes solicitados por los niños en sus cartas, las cuales no enviaron este año por globo o correo, sino que quedaron en sus zapatos o junto al árbol de Navidad.
Desde temprano, en el Eje 1 Norte, donde acuden cada año para “aprovechar las ofertas”, fueron sorprendidos por el cierre de todos los puestos semifijos, desde Paseo de la Reforma hasta Anillo de Circunvalación, “por sanitización”.
La venta de juguetes, ropa, pistolas, mochilas, tenis y zapatos se concentró en las calles Aztecas, Manuel Doblado, República de Nicaragua, República de Argentina, República de Colombia y los pasajes de Héroe de Granaditas, que estuvieron abarrotados.
El llamado de las autoridades a evitar grandes concentraciones, mantener la sana distancia, usar cubrebocas y sólo permitir la venta de alimentos para llevar, con la finalidad de evitar contagios por Covid-19, no tuvo eco.
La falta de vigilancia permitió que varios puestos de carnitas, tacos y quesadillas se observaran llenos y la gente disfrutara sentada; la venta de cerveza en carritos del súper se realizó sin problemas y los llamados toreros tendieron su mercancía sobre el Eje 1 Norte.
Tras un largo recorrido, muchos ayudantes de Melchor, Gaspar y Baltasar no pudieron cumplir los deseos de los pequeños, “más por falta de dinero y empleo que ganas, porque por la pandemia todo está carísimo”, comentaron algunos.
La solicitud de un teléfono inteligente o una consola de juegos fue cambiada por carros de carreras, juegos de destreza, muñecas, cocinas mágicas, Avengers, muñecos de acción, personajes de Toy Story, rifles, escopetas o pistolas.
El Covid-19, expusieron entrevistados, no impidió que “gastáramos en Navidad y Año Nuevo, pero el último jalón es el de Reyes, pero ni con ahorros y el aguinaldo alcanza, por lo que tendrán que conformarse con lo que les traigan”.
Mencionaron que acudieron a familiares, amigos o prestamistas para sortear la difícil situación económica que enfrentan y llevar un poco de alegría a sus hijos.