Para Marisol García, 2020 iba a ser el año más importante de suvida. Entró a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero a causa de la pandemia de Covid-19 no ha tenido clases presenciales, no ha conocido a sus compañeros ni profesores y ha visto caer su rendimiento escolar como nunca antes. “Ha sido desmoralizante. Mi primer año de universitaria, de adulta, y quiero pedir la suspensión de estudios”.
Para 35 de cada 100 estudiantes de licenciatura no hay duda: la docencia y las clases en la UNAM han empeorado desde marzo, cuando se empezaron a impartir en línea para prevenir contagios. Una encuesta recientemente publicada por la Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia señala que sólo dos de cada 10 creen que la educación que imparte la universidad ha mejorado.
La distancia física y social, los problemas económicos y la falta de conectividad son algunos de los problemas que han enfrentado los estudiantes este año. Información oficial indica que siete de cada 10 alumnos –es decir, cerca de 252 mil de los más de 360 mil que tiene la casa de estudios– no cuentan con Internet para tomar las clases en línea, pero sólo se han habilitado mil 200 equipos de cómputo para préstamo y se ha anunciado que este mes, 10 meses después del inicio de las clases en línea, se pondrán a disposición del alumnado 25 mil tabletas con conexión.
Representantes estudiantiles, consejeros alumnos y organizaciones de universitarios aseguran que por el Covid-19 “el derecho a la educación está hoy en más riesgo que nunca”. Algunos no han podido concretar trámites para inscribirse a sus cursos o para titularse, lo que los ha llevado a perder clases u oportunidades de empleo. Además, muchos han tenido que dejar sus estudios para trabajar y apoyar a sus familias.
Este panorama ya se refleja en las cifras de abandono escolar. Según la Secretaría General, la pandemia ha dejado una deserción en licenciatura 50 por ciento mayor respecto a ciclos anteriores. Al año, en la UNAM se registra una tasa de abandono de 8 por ciento, pero datos más recientes indican que en 2020 ha sido de 12 por ciento en nivel superior.
En bachillerato la matrícula dejó de crecer. Por primera vez desde 2006 hubo una baja en la población estudiantil, que pasó de 112 mil 588 alumnos en el ciclo anterior a 111 mil 569 en 2020.
Los docentes de la UNAM tienen gran preocupación por lo que están enfrentando sus alumnos. Según un estudio, observan que seis de cada 10 tienen problemas tecnológicos para seguir las clases en línea; cinco enfrentan dificultades logísticas; cuatro, problemas pedagógicos, y tres, obstáculos de tipo socioafectivo.