Buenos Aires. Miles de personas firmaron una carta abierta que está en circulación, entre ellas reconocidas figuras del periodismo, la literatura, el arte, médicos, profesionales, trabajadores sanitarios y organizaciones de todo tipo, para enfrentar una campaña de la oposición derechista de Cambiemos, apoyada en los grupos mediáticos como Clarín, La Nación y otros, contra la vacuna Sputnik V, provista por la Federación Rusa y que se ha aplicado a más de 30 mil médicos, personal de salud, de seguridad y otros, lo que se elevará en pocos días a 300 mil en todo el país.
“El mundo trabaja contrarreloj para superar la pandemia. Tratándose de una necesidad de la población mundial se ponen en juego sumas multimillonarias, intereses empresariales, disputas políticas y geopolíticas. Pedimos que la información sea publicada por dar cuenta de los hechos, comprobados fehacientemente hasta donde un medio periodístico debe hacerlo, y que responda al interés común y no a intereses particulares, a las ganancias posibles de un laboratorio, a las ventajas políticas de una potencia sobre otra”, dicen en la misiva, entre otros el escritor, Mempo Giardinell, la periodista María Seoane, y el guionista Santiago Varela.
En la carta suscrita también por Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Tucumán, la actriz Susana Salerno, y la música Liliana Litvin, entre muchos más, se exhorta a los medios de comunicación a extremar el tratamiento profesional de la información acerca de las vacunas destinadas a enfrentar el virus destacando que no están “ante una campaña política ni un resultado electoral, no es la razonable simpatía partidaria de un periodista y de un medio ni es la preferencia por un gobierno extranjero más cercano o más lejano. Es la vida de las y los habitantes del suelo argentino, y es lo que debe guiar todas las decisiones”
Este reclamo surge de la desproporcionada campaña opositora no sólo contra la vacuna, sino alentando la desobediencia a todo llamado a la responsabilidad social ante el agravamiento del contagio del virus que se ha producido en los últimos días y afecta a jóvenes entre 20 y 40 años. Esto puede colapsar a un sistema sanitario que el gobierno argentino logró poner en pie, mediante un fuerte sacrificio, en medio de la crisis sanitaria y económica y la cesación de pago de la deuda externa heredada del gobierno del derechista Mauricio Macri (2015-2019).
El presidente Alberto Fernández denunció la mezquindad política de la oposición que utiliza la pandemia como un ariete de presión, generando campañas de noticias falsas diarias que afectan a la política sanitaria. No hay ninguna consulta con especialistas y se difama toda tarea gubernamental, se incita abiertamente al odio y a la persecución política que se instauró mediante el llamado lawfare que es la judicialización de la política.
Aún hoy en democracia esto sigue funcionado porque el macrismo, asesorado por Estados Unidos dejó armada la “trampa judicial” como se ha denunciado aquí, instalando ilegal e inconstitucionalmente jueces propios para que asegurarse impunidad, al mejor estilo de los “indultos adelantados” de Donald Trump” a sus funcionarios y amigos.
La utilización de la vacuna rusa, es constantemente denigrada desde frase como “que puede inducir al comunismo”, como otras que se escucharon en los últimos días en las redes de noticias falsas donde incluso se ha advertido que la Sputnik V resultó de la utilización de fetos “abortados” cuyos efectos pueden ser el cambio del ADN o el contagio de otros tipo de enfermedades.
Con esto no sólo aterrorizan a una población que como sucede en otros países ha sido cooptada por esa política de un poder mediático casi absoluto que aparece como “un arma de guerra” en estas situaciones.
También hablan las campañas que esto esteriliza a hombres y mujeres, en un país y en una región donde este ha sido el trabajo de los Cuerpos de Paz de Estados Unidos y de organizaciones No Gubernamentales, financiadas por ese país.
La campaña periodística y de algunos legisladores opositores ha llegado a un límite más allá de todo lo racional, mientras el gobierno también espera la llegada de la vacuna Oxford/AstraZeneca, proyecto en el que participan Argentina y México y que se está aplicando en Reino Unido.