Diana Rocha vive tres tragedias: padece Covid-19, permanece en confinamiento lejos de sus cuatro hijos –tres menores de edad– y perdió su trabajo como cuidadora de don Jesús, adulto mayor que falleció por coronavirus.
Desde hace tres años Diana cuidaba a don Jesús, de 94 años. Ambos resultaron contagiados luego de que un trabajador del hijo del señor resultó positivo al virus.
Sus hijos, conscientes de la edad de don Chuy, decidieron no hospitalizarlo y esperar su muerte en su casa ubicada en Coyoacán. Diana también se confinó para no contagiar a sus hijos; pasó Navidad al cuidado del señor en sus últimas horas, quien alcanzó a despedirse de ella.
“Mis hijos me dicen que me extrañan; hemos estado haciendo videollamadas y dicen que ya me quieren ver, pero al mismo tiempo me dicen que no me preocupe, que le eche ganas, que están bien con su abuela”.
El viernes 25 de diciembre, a las 2 de la madrugada, don Jesús falleció en compañía de sus cuatro hijos –quienes debieron hacerse la prueba de Covid–, luego de que sus niveles de oxigenación disminuyeron paulatinamente hasta registrar cerca de 35 por ciento de su capacidad.
Mientras Diana permaneció confinada en su lugar de trabajo, el cuerpo de don Jesús tuvo que esperar unas horas para ser trasladado a una funeraria privada, pues el Issste le ofreció el servicio de cremación tres días después, debido a la cantidad de fallecimientos que ha tenido que atender.
Diana recibió el Año Nuevo lejos de los suyos. El virus le ha provocado fuerte dolor corporal y falta del gusto y el olfato, relató.
“Me dijeron que esperara unos días y me tomara las medicinas que el doctor me recetó, y después de unos días hacerme el examen otra vez, y si sale negativo, pues ya me podré ir. Pero, si salgo positiva, quedarme otros días y seguirme monitoreando y ver qué tratamiento me tienen que dar”, comentó Diana, quien a su situación actual suma la preocupación de encontrar trabajo una vez que supere la enfermedad.