Hace 66 millones de años un asteroide de unos 15 kilómetros de ancho se estrelló al oriente de Progreso, Yucatán. La evidencia es el cráter de Chicxulub. El hecho cambió el curso de la vida en la Tierra. Generó una extinción masiva de especies. Fue el fin de los dinosaurios. El impacto eyectó enormes cantidades de polvo y gas que sumergieron al planeta en un invierno permanente que cambió el clima.
Ese acontecimiento geológico e histórico inspiró la construcción de un museo en el municipio de Progreso, cuya obra concluirá a finales de este mes. Forma parte del Programa de Mejoramiento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu); tiene 86 por ciento de avance y costará 70 millones de pesos.
“Será un detonador económico, turístico y generará identidad local. El tema que trata no es menor. Ninguno de nosotros estaríamos aquí parados si un meteorito no hubiera pegado exactamente en esa posición, creo que es un referente a la vida, como especie. Materia (para exponer) hay de sobra”, señaló a La Jornada Román Meyer Falcón, titular de la Sedatu.
La obra inició el 16 de julio de 2020 y se inaugurará este año. “Un museo parte de dos elementos: uno es su estructura, o sea el cascarón, y lo otro es la museografía. Ésta no es parte de los alcances de la Sedatu, pero, llegamos a un acuerdo con el gobierno estatal para que apoye en comenzar el proyecto de museografía.
“El museo del meteorito, como prematuramente se ha denominado, tendrá una exposición sobre el tema, pero también podrá abarcar muestras de diversos temas a nivel local.
“Una de las ventajas del museo es que cumple una doble función; por un lado, configura dentro de los espacios un ambiente propicio para hacer presentaciones. Se va jugando con las alturas de los diferentes cuerpos, tiene un espacio público, una cafetería, pero en la parte superior se conforma como una plaza pública y un mirador hacia la playa.”
Está cerca del centro de Progreso (a un kilómetro), donde llegan cruceros. Será un atractivo turístico para la zona y formará parte de un “corredor comercial importante a nivel local”.
El arquitecto Diego Ricalde, uno de los socios de Estudio MMX, Arquitectura y Urbanismo, empresa proyectista del museo, explicó que se construye en ese lugar por la cercanía al cráter que generó el meteorito que puso fin al cretásico.
“Es un hecho importante para los lugareños y para el mundo entero. Estudios de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Yucatán indican que ese fue el sitio en que impactó el asteroide que extinguió a los dinosaurios, es un evento histórico y geológicamente importantísimo”, y no había nada que lo recordara.
“Nos pidieron un museo de sitio. Estudiamos varios ejemplos para entender las proporciones entre servicios, área expositiva y zonas de investigación”.
Explicó que en la concepción del edificio “buscamos de manera metafórica los prismas cuadrados de diferentes alturas. Hay una serie de estructuras geológicas que tienen una lógica de repetición muy geométrica, y van variando su altura. El proyecto está conformado por 45 prismas rectangulares de base cuadrada. La elevación de los prismas remite a esa elevación de material que produjo el impacto”.
Asimismo, “la retícula evoca los trazos urbanos presentes en la península de Yucatán. Así se vuelve un edificio permeable o poroso. Lo puedes atravesar, ya sea por arriba, a través de los jardines, o por abajo, por esa especie de andador. El edificio no se vuelve un obstáculo, sino por el contrario, una especie de conector entre la ciudad, el malecón y el mar”.
El Museo de Geología, como se prevé se denomine, se podrá cruzar sin entrar a las salas.
Meyer Falcón indicó que la construcción genera “600 empleos de forma directa y otros más cuando funcione, por el tema administrativo y de comercio a nivel local; que haya una excusa para dejar un poco más de pesos o dólares en Progreso”.
Expuso que se tomó como referente “el caso internacional de Bilbao, una ciudad que a través de un museo cambió por completo su economía. No buscamos algo similar, son escalas diferentes, pero es un caso análogo en el cual un elemento cultural, con un diseño particular, detonó una actividad que sustenta la vida económica de esa ciudad. Creemos que también puede ser un caso de éxito”.