Son muchos los aspectos que exponer acerca de la energía nuclear. Sin embargo, no todos nos darán respuestas convincentes al ciento por ciento. Las acusaciones en contra de este tipo de energía limpia, en gran parte de los casos, son falsas. ¿Por qué el desaprovechamiento de una energía alternativa que es menos contaminante? El petróleo no es tóxico por sí mismo. Igualmente, el uranio puro natural no es letal ni tóxico por sí mismo.
Una de esas explicaciones podría ser porque la avaricia de quienes estuvieron al frente de la explotación del petróleo fue mucha ante la enorme abundancia del energético que prometía grandes fortunas y ganancias. La contaminación se debió al descuido por parte de las autoridades de Petróleos Mexicanos (Pemex), que irresponsablemente, no cumplieron con los protocolos y normas oficiales mexicanas que debieron seguirse para disminuir al máximo la contaminación de los terrenos donde se procesaba la extracción.
Desde los años noventa, cuando se iniciaron las gestiones para echar a andar la termonuclear en Laguna Verde, Veracruz, ya era propiedad de la Comisión Federal de Electricidad. Se pudo, entonces, haber iniciado una fuente alternativa de energía más amplia usando uranio natural mexicano y no el enriquecido que se compra, todavía, a Estados Unidos. Los gobiernos anteriores no tenían idea de lo que son el uranio natural y el enriquecido, ya que éste último se procesa de forma más compleja. Recordemos que originalmente el uranio se enriqueció para la construcción de la bomba atómica, mientras que en Canadá, antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, se empezó a usar el natural con fines pacíficos, es decir, como energético.
No queremos depender de las instancias extranjeras de revisión para la seguridad de las plantas termonucleares mexicanas. Hasta el momento, la Central Laguna Verde no ha presentado mayor peligro. Es conveniente, por tanto, abrir la posibilidad de una explotación mayor de los yacimientos del uranio mexicano. Tenemos el ejemplo de otros países que así lo han hecho: India, Australia, Sudáfrica, Brasil, entre otros.
Los negocios y acuerdos pactados, especialmente con Estados Unidos, han dominado la escena tecnológica y científica nacional. Hemos tenido que comprarles tecnología, insumos, material y productos que nosotros podemos proporcionarnos. Es ahora la oportunidad de recuperar el tiempo perdido (más de 50 años) para fortalecer la industria nuclear y recuperar la soberanía energética en este renglón.
La contaminación del agua, del aire y de la tierra, no sólo ha sido ocasionada por las extracciones en la minería, en la industria petrolera, en la explotación de los campos agrícolas, en la pesca y en otras más. Existe una contaminación cotidiana, generada por el propio proceso biológico natural. Tenemos una constante transformación de la materia.
Así como el cambio climático, la lluvia ácida, el efecto invernadero, son procesos físicos naturales que existen fuera de la intervención humana, también la industrialización, en general, agravó estos procesos. Entendemos esos fenómenos, gracias a los avances de la ciencia que nos ha proporcionado mayor información. Ahora sabemos cómo se puede controlar la contaminación industrial.
Explicar en este espacio de opinión el proceso de la fisión nuclear es un poco complicado. Pero, lo que podemos decir es que el bombardeo de neutrones es un proceso controlado que difícilmente puede generar un campo radioactivo alrededor de una termoeléctrica que provoque cáncer en las personas y en animales, así nada más porque sí. Uranio no es sinónimo de enfermedades. Tampoco se destina para el consumo humano el agua que está siendo utilizada por la termoeléctrica. Después de usarla, pasa por un tratamiento para su consumo. Sin embargo, debe continuar la investigación para seguir mejorando la seguridad en este tipo de energía.
Insistimos en que lo mejor es utilizar el uranio natural porque tenemos los yacimientos suficientes. El enriquecido debemos seguir comprándolo a Estados Unidos, por esa razón seguimos siendo un país dependiente para generar electricidad mediante esa fuente de energía.
Hago un espacio de profunda reflexión para mi compañero de muchos años, Leonel Posadas Segura, quien nos dejó el pasado 31 de diciembre de 2020. Reconozco su gran trayectoria como militante comunista y promotor del sindicalismo y como político mexicano de gran presencia. Hasta luego, Leonel.