En materia de empleo, la pandemia afectó particularmente a los jóvenes. La tasa de desocupación en ese sector subió 2.7 puntos porcentuales, llegando a 23.2 por ciento, “un nivel que no había sido registrado antes”, establece el estudio Panorama 2020, América Latina y el Caribe: edición Covid-19, de la oficina regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“La vulnerabilidad laboral de los jóvenes (entre 15 y 24 años) ha quedado particularmente expuesta durante la crisis sanitaria. Si bien la situación estructural de los jóvenes antes de la pandemia se ha caracterizado por las bajas tasas de participación y de ocupación, junto con tasas de desocupación que triplican las de los adultos (de 25 años y más), durante la pandemia los indicadores laborales de los jóvenes se han deteriorado de manera significativa, lo que exacerba las barreras de empleabilidad de corto y mediano plazo para los trabajadores jóvenes”.
La oficina regional de la OIT para América Latina y el Caribe desglosa en el informe que desde 2015 la desocupación de ese segmento había ido aumentando, pero se intensificó con la pandemia. En 2015 fue de 15.2; en 2016, de 18.3; en 2017 y 2018, de 18.8, y en 2019, de 18.7.
En los tres primeros trimestres de 2019 alcanzó 20.5, lo que significa un aumento de 2.7 puntos porcentuales, mayor que el alza que hubo en el sector de adultos y que fue de 1.9 puntos porcentuales. Así, uno de cada cuatro jóvenes en América Latina que participa en el mercado laboral estaba desocupado.
En el mismo periodo de 2020 (los tres primeros trimestres), las tasas de participación y de ocupación de los jóvenes cayeron en torno a 5.5 puntos porcentuales con relación al mismo lapso de 2019, hasta ubicarse en 42.7 por ciento y 33 por ciento, respectivamente.
La desocupación juvenil en la región ha tenido “matices”, puesto que mientras en México es menor a los dos dígitos (8 por ciento), en países como Costa Rica (42.1) y Brasil (31.1) la desocupación afecta a más de un tercio de jóvenes que participan en el mercado laboral y en Chile, Ecuador y Colombia tiene incrementos superiores a seis puntos porcentuales.
Otro de los sectores con los mayores efectos adversos es el de las mujeres. “La crisis ha tenido un impacto más significativo sobre las mujeres. Su tasa de participación bajó en 10.4 por ciento, frente a 7.4 por ciento de los hombres”.
“La fuerte contracción de las tasas de participación fue similar entre los hombres (-5.5 puntos porcentuales) como entre las mujeres (-5.4) durante los tres primeros trimestres de 2020 en comparación con similar periodo de 2019, aunque proporcionalmente fue más importante entre las mujeres dada su menor tasa de participación. Así, este indicador se redujo -10,4 por ciento entre las mujeres y -7,4 por ciento entre los hombres”.